La Málaga que debería ser, la Málaga que no es

MÁLAGAHOY* : Hay una Málaga real, esa que se conforma de sus calles, de sus edificios, de sus espacios hermosos y de sus miserias urbanas, y hay una Málaga soñada, integrada por las ilusiones de los que ansían convertir los barrios en zonas de convivencia, de los que aspiran a humanizar los recovecos de Carretera de Cádiz, de los imaginan parques donde hoy hay maleza o hastío... Ésta es una Málaga frustrada. Porque las intenciones de aquellos que dibujaron los proyectos con los que transformar la Málaga real en la Málaga soñada han quedado aparcadas en el olvido. La fotografía que hoy muestra la ciudad poco tiene que ver con aquella que los responsables de las grandes administraciones públicas se encargaron de anunciar, prometer y avanzar. Ni el Ayuntamiento ni la Junta de Andalucía ni el Gobierno central han sido capaces de transformar en realidad las ideas con las que concurrieron ante la ciudadanía. No han sido capaces de cumplir su objetivo de plasmar la Málaga que debería ser.

Un repaso general por los compromisos asumidos en este intervalo de tiempo pone de relieve el incumplimiento generalizado de la mayor parte de las propuestas estrella de las tres instituciones, paralización que muchos justifican en los efectos de la crisis económica. La realidad, sin embargo, es que los más de 100.000 vecinos de Carretera de Cádiz no vislumbran si quiera el día en que podrán pasear por las aceras de una avenida reurbanizada, a pesar de que esta obra fue anunciada justo hace un año; más lejana aún es la esperanza de poder desplazarse desde Málaga hasta Estepona a bordo del tren litoral, o el momento en que cruzar del Parque al Palmeral de las Sorpresas sea una acción exenta de riesgo porque el tráfico que atraviesa el Paseo de los Curas esté soterrado...

Son sólo algunas de las píldoras que marcan la labor y la gestión de estos años, que en el caso del ámbito municipal, entran en una cuenta atrás de semanas antes de culminar en los comicios locales del 22 de mayo. Será ese el momento en que los malagueños someterán a examen la tarea del alcalde, Francisco de la Torre. El regidor, ensombrecido por las no pocas anomalías detectadas en la labor de varios de sus concejales (Teresa Porras, Manuel Díaz Guirado, Manuel Marmolejo, Elías Bendodo, José Hazañas y Teresa López), puede sacar pecho por haber hecho realidad el que sin duda era su gran apuesta para este mandato, el Museo Thyssen.

Aunque ni siquiera este logro es completo. Tras invertir unos 30 millones de euros en su construcción, De la Torre admite que no cuenta con un documento que obligue a la baronesa a mantener su obra en la pinacoteca. Pero no es la única apuesta cultural que se asienta sobre pilares de dudosa estabilidad. Similar cuantía ha gastado el Ayuntamiento en recuperar parte de las instalaciones de Tabacalera para dos museos, uno el de automóviles antiguos (ya abierto), y otro, el de las gemas y la naturaleza, para el que no existe calendario, y cuyo socio privado constata desde hace semanas su malestar con la labor del Consistorio, al punto de llegar a amenazar con su marcha y de exigir una indemnización económica por la evidente demora en los plazos.

De la Torre fue elegido alcalde casi cuatro años atrás con un programa en el que relucían no sólo estas dos intervenciones culturales, sino también el soterramiento de la Avenida Cánovas del Castillo, inexistente, o el bulevar sobre el soterramiento del AVE a su acceso a la ciudad, cuya obra, como pronto, no se iniciará hasta los próximos meses de junio o julio. Entre sus objetivos estaba también que Málaga aspirase a la Capitalidad Cultural de 2016, quedándose a las primeras de cambio en el camino; que los vecinos pudiesen conectarse a internet en cualquier punto de la ciudad sin coste alguno, pero ello sigue sin ser posible. Como tampoco lo es ir en bici por un total de 40 kilómetros de plataforma reservada para este vehículo (fue lo que se prometió), a pesar de lo cual ya se han desarrollado casi la mitad.

Una bolsa de compromisos que fue agrandándose conforme el regidor previó la opción de disponer de fondos europeos con los que financiar infraestructuras como el intercambiador de transportes de Renfe o la recuperación del Monte Gibralfaro (30 millones)

Pero la Málaga que debería ser no sólo está incompleta por los incumplimientos municipales. Si bien es cierto que tanto a los responsables autonómicos como centrales le restan aún año para que culmine su legislatura, lo hecho hasta la fecha deja poco lugar a la esperanza en proyectos como la regeneración de los Baños del Carmen, el Campamento Benítez, el ya mencionado tren litoral, el Parque de los Cuentos en la Trinidad, el megahospital...

En la esfera de la Junta de Andalucía tiene protagonismo propio la ansiada regeneración de Carretera de Cádiz tras cerrarse la cicatriz que durante casi cuatro años abrió en la zona la obra de construcción de la línea 2 del Metro. A lo largo de las avenidas Velázquez y Héroe Sostoa, la Administración autonómica anunció, a principios de 2010, un proyecto con el que humanizar el distrito más poblado de la capital y valorado en 42 millones de euros. Un dinero con el que se buscaba reducir el espacio del vehículo privado y, como consecuencia, aumentar el destinado al peatón. Pero la promesa ha quedado en nada ante la falta de fondos con los que acometer la obra.

Estampa semejante es la que se vive con la construcción del Parque de los Cuentos en el convento de la Trinidad, cuyo horizonte sigue sin estar despejado, y el megahospital, del que sólo parece tenerse clara su primera pieza, el Instituto de Investigación Biomédica. Y qué decir tiene del ambicioso plan de recuperación de los arrabales del casco antiguo de la capital, donde se proyectaban unas 300 tecnocasas (viviendas en alquiler destinadas a jóvenes profesionales), de las que casi seis años después de ponerse sobre la mesa no hay una sola en pie, o del ansiado parque metropolitano de Arraijanal, que tras convertirse durante años en frontón de las disputas institucionales se mantiene en standby.

Al Gobierno central, del que cabe destacar una inversión de unos 6.000 millones de euros en los últimos casi ocho años, se le pueden imputar, sin embargo, no pocos olvidos de cierta magnitud. De la mano de la Junta, no ha sido capaz hasta el momento de dar los primeros pasos de uno de los más trascendentes proyectos de la provincia, el corredor ferroviario de la Costa del Sol, cuyo coste se calcula en unos 4.500 millones de euros. Una cuantía sumamente elevada para los tiempos que corren, que obliga a buscar la colaboración privada, sin, por el momento, excesivo éxito.

Las otras dos grandes asignaturas pendientes, en este particular ejercicio de la Málaga que debería ser, se localizan en los Baños del Carmen, sin esperanzas a corto plazo de volver a disfrutar de un emblemático espacio de la ciudad, y el Campamento Benítez. Aparcado sine die el millonario proyecto del Museo del Transporte auspiciado por la ex ministra Magdalena Álvarez, las administraciones no han sido capaces hasta el momento ni de ponerse de acuerdo para hacer de esta parcela, de 28 hectáreas, un parque abierto a los ciudadanos.

Tampoco es hoy una realidad completa la gran solución a los atascos de la capital: la hiperronda. El ministro de Fomento acudió a finales del pasado año a abrir oficialmente los dos primeros tajos de esta autovía, aunque ello tuvo lugar un año después de lo inicialmente comprometido por el Gobierno. Habrá que esperar aún más de medio año para que, según los cálculos del departamento dirigido por José Blanco, se inaugure la otra mitad de la carretera. Algo semejante ocurre con el tercer carril de la ronda este y con el acceso sur al aeropuerto. Sí será realidad a principios de 2012 la segunda pista del aeropuerto. Y no olvidar el deseado auditorio en el puerto. Piezas todas que dibujan la Málaga incompleta.


* Málaga Hoy - 1.05.11
Foto: Málaga, litoral Baños_del_Carmen - malaga.eu

1 comentarios :

Inveskoldo dijo...

Para el ayuntamiento lo más grave es la falta de un proyecto de ciudad. De la Torre solo soñó con construir casitas y de acuerdo a como se hicieran, estructurar /destruir la ciudad. Sus enfrentamientos lo han sido porque la autonómica ha querido hacer parques, no casas. El tren litoral es un viejo proyecto que necesita dinero, mientras se construye el metro, por cierto con la oposición del alcalde. Tendrá que cambiar el Ayuntamiento si queremos mejor Málaga.


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