La Iglesia inscribe como propios miles de inmuebles

ELPAÍS /Reportaje* : La Iglesia española viene durante años poniendo a su nombre casas rectorales, viñedos, olivares, atrios, solares, pisos que pertenecían a los pueblos o que, en todo caso, nunca se registraron. Y lo ha hecho calladamente, sin que nadie percibiera esta suerte de voracidad inmobiliaria amparada por los artículos 206 y 304 de la Ley y el Reglamento Hipotecario. Los obispos pueden emitir certificaciones de dominio como si fueran funcionarios públicos. Este privilegio se agrandó en 1998, cuando el Gobierno de entonces suprimió el artículo 5 del reglamento citado, que impedía la misma práctica sobre edificios de culto, iglesias, catedrales o ermitas.
Desde aquel año, también pueden inscribir las propiedades a su nombre. A eso se llama, en la jerga administrativa, inmatricular. Y lo están haciendo a destajo. Puede decirse que en Navarra las jerárquicas sotanas han arrasado el territorio. A nombre de la diócesis figuran ya cientos de templos parroquiales, ermitas, basílicas, con todo lo que tienen dentro; también tienen a su nombre casas, almacenes y hasta cementerios, garajes o frontones.

¿Solo en Navarra? No. Por toda España se repite el mismo procedimiento, que es tan barato y sencillo para ellos como complejo para un ciudadano particular. Muchos alcaldes y particulares han descubierto el caso con sorpresa y luchan ahora por devolver al pueblo el inmenso patrimonio cultural e inmobiliario que consideran arrebatado. "Robo" y "expolio", repiten cuando se les pregunta por el caso.

"Inconstitucional", dicen los expertos jurídicos. "No siendo funcionarios públicos, pueden actuar como si lo fueran. Si el artículo 16 de la Constitución no otorga carácter estatal a ninguna confesión, ellos no pueden equipararse a un funcionario público", empieza Alejandro Torres, catedrático de Derecho Público de la Universidad Pública de Navarra.

Torres cita una sentencia de 1993 que declaró inconstitucional el artículo 76.1 de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Hasta entonces, un cura podía desalojar a un inquilino de una casa sin tener que probar la necesidad de ocupación. Un padre no podía hacerlo sin demostrar, por ejemplo, que su hijo necesitaba la casa. La Iglesia sí. Pero aquella sentencia venía a decir que "no se pueden confundir fines estatales con fines religiosos, ni fines públicos con fines religiosos. Ni a la Iglesia con una corporación de derecho público", recuerda Alejandro Torres. "Esa filosofía es trasladable al pie de la letra en el caso de las inmatriculaciones que se están produciendo", asegura.

Puede ser, pero para que uno de estos casos llegue al Constitucional se necesita que un juez plantee una cuestión de inconstitucionalidad, o un recurso de amparo. O bien que un particular agote las instancias jurídicas hasta llegar a este tribunal.

"Ellos tienen tiempo y dinero, nosotros no", dice el alcalde de Garisoain, Javier Ilzarbe, que solo ha podido salvar una ermita. "Se han quedado con la iglesia de la Asunción, con el atrio, con la casa parroquial, con un solar de esa casa y los restos de otra ermita. Nos dimos cuenta hace un par de años, pero no pensamos recurrir, no tenemos posibilidades. Ganas ya tenemos, ya...".

A los alcaldes de los pueblos pequeños, como este de Navarra, apenas les queda el derecho a la pataleta. "Les cortamos la luz, que siempre la habíamos pagado nosotros; ahora la pagan ellos, y aunque nos siguen pidiendo que les arreglemos cosas ya no les hacemos las obras. En los ochenta les reparamos el tejado", dice Ilzarbe.

"Para esto se necesita voluntad política, que los grandes partidos frenen esto o que alguien lo pare en los tribunales. Esto está ocurriendo en toda España, es un escándalo monumental", dice Josemari Esparza, de la Plataforma navarra Ekimena, creada en 2007 para la defensa del patrimonio en esa comunidad.

Pero a los tribunales van los obispos, como hicieron con la ermita del Pilar, en Garisoain, que el Ayuntamiento se apresuró a registrar antes que ellos. Ganó el pueblo. "Les propusimos que la propiedad fuera del pueblo y ellos siguieran con el culto. Nanay, que ellos quieren la propiedad y punto. Encima no pagan ni el impuesto de bienes inmuebles", critica Ilzarbe.

En Huarte, también en Navarra, el alcalde pidió reunirse con el obispo. "Se negó y nos recibió el ecónomo. Nos mandó a los tribunales, y ahí estamos. Suerte que tenemos un documento de 1820 en donde la Iglesia da por buena la propiedad del pueblo sobre el templo", dice.

La Conferencia Episcopal Española deja el asunto en manos de cada diócesis. La de Navarra contesta: "La Iglesia no inscribe los edificios para apropiárselos, sino que los inscribe porque le son propios". Otra cosa, responden en un correo electrónico, "es que los Ayuntamientos quieran apropiárselos", por lo que tienen que "defenderse", aseguran.

"Si los edificios pasan a otras manos no hay garantías de que se sigan destinando al uso para el que fueron creados, como ya ha ocurrido", afirman. Y niegan que pasen a ser suyos solo porque los inscriban. "Cumplimos la ley de 1998: la Iglesia registra lo que es suyo", dicen en el mensaje. Explican también que su gasto en conservación del patrimonio es muy alto: "No es la Iglesia quien se está enriqueciendo con las aportaciones del Estado, sino que es el Estado el que se está ahorrando dinero con las aportaciones de la Iglesia".

Volvamos a Navarra. Y a su catedral. Con dinero público se pagaron millonarias reparaciones meses antes de que la diócesis la inmatriculara: 15 millones de euros. En 2006, el obispado la hizo suya y pusieron precio a las visitas y a las actividades que allí se desarrollaban, explican en la plataforma. "La Iglesia quiere la propiedad para tres cosas, vender, alquilar o hipotecar. Sabemos que ya se está vendiendo y alquilando, y desconocemos si se usa para hipotecas", dice Josemari Esparza.

Esparza cita un caso singular recogido en el libro que han publicado, el de San Miguel de Lizoain, un templo del siglo XIII "quemado y desacralizado donde el Ayuntamiento iba a montar un centro cívico. En 2003 la Iglesia la inmatriculó, el mismo día que el resto de los templos del valle, y ahora el Ayuntamiento ha tenido que comprarlo para hacer el centro que planeaba. Un negocio redondo", se indigna Esparza. Recuerda que antiguamente las iglesias eran el centro municipal, la escuela, el lugar de reuniones. Todo. "Finalmente, quedó casi en exclusiva como lugar de culto, pero nunca fue de ellos. Ahora en Tafalla cobran 300 euros por los conciertos de las bandas que se celebraban tradicionalmente allí. El negocio del futuro de la Iglesia es el inmobiliario", sigue Esparza.

En el libro de la plataforma se analiza también el caso de la capilla de San Fermín, emblemática en Pamplona. "En los archivos se recogen los inmensos esfuerzos que hubo de hacer la ciudad para construirla; tanto que tuvieron que suspender las corridas de toros durante seis años. No puede estar más acreditado que era de propiedad pública. Pues la diócesis la inmatriculó en 2003. Y hace bien de dinero con ella, por las bodas y otros ritos", explica Esparza.

En Navarra, la plataforma está pidiendo a los alcaldes que saquen normas que impidan especular con los terrenos aledaños a las iglesias, esos que se están inmatriculando.

¿De quién son las iglesias? Hay que bucear en los archivos para saberlo, y no siempre se tiene constancia. Para la Iglesia, "la posesión pacífica de bienes inmuebles durante más de 100 años es, jurídicamente, título de propiedad suficiente para inscribirlos legítimamente en el Registro de la Propiedad". Temen que los templos se usen para otros fines. Pero ese temor no puede extenderse a los frontones, los olivares, las casas rectorales, los cementerios. ¿O sí?


* El País - CARMEN MORÁN - 11/07/2011
Foto: La reparación de la Catedral de Navarra se pagó con dinero público antes de que la Iglesia se la apropiara.- elpais

6 comentarios :

El Menda dijo...

Éstos siguen a pies juntillas las palabras de su jefe: nada de relativismo moral, todo, absolutamente todo lo que podamos pillar nos lo quedamos. Si su Mesías volviera por aquí, tal vez les trataría de la misma manera que hizo con los mercaderes del Templo.


elpais

carlos dijo...

La solución está en manos de los pueblos a los que despojan: no asistir a los actos religiosos en esas propiedades de la iglesia y no cederles ni un sólo euro para reparaciones, cobrarles impuestos por ocupar las calles públicas en la semana santa, no bautizar a los hijos en ellas, no hacer la comunión ni las bodas en ellas y otras muchas medidas que harían rflexionar a la secta sobre su voracidad inmobiliaria y su ambición de riquezas que fueron las dos virtudes que cristo les dejó. Yo me borré hace tiempo de la secta, ni un duro de mi dinero para ella, y si los demás hicieran lo mismo, se les acabaría el cuento de enriquecerse sin trabajar. La primera ley que se debe sacar en un nuevo estado que salga del 15M es derogar los acuerdos con el vaticano, estado extranjero en nuestro estado que arrampla con todo lo que puede, y la 2ª impuesto sobre todos los bienes que posee, ya que todos somos iguales ante la ley y nadie, y menos una secta, tiene derecho de pernada sobre la hacienda pública.


elpais

PanzadeBuda dijo...

Con el dinero que gana la Iglesia con los impuestos, se podría alimentar a la mayoría de los parados de España, especialmente a los que tienen familia. 15.000 millones divididos entre 10.000 euros dan para mucha gente. Por cierto, a los obispos el dinero que recibe cáritas y Manos Unidas no viene de la casilla de la Iglesia, sino de la casilla de las ONGs. Los católicos financian los sueldos del clero, el resto de la sociedad financiamos su obra social. Para que luego intenten imponernos su reducido punto de vista moral. ¡Malditos hipócritas!, o como dijo Jesús, sepulcros blanqueados.


elpais

Joan dijo...

¿Si ya se ha hecho varias veces, por que no ahora? DESAMORTIZAR los bienes de la iglesia serviría para remediar definitivamente el déficit del estado y reactivar enormemente la economía española. Pero no sólo los de la católica, todas las confesiones deberían ser desamortizadas y dedicarse para lo que estan, para salvar nuestras almas. Que para hacer negocio y para lo "material" ya estamos los particulares y los empresarios.


elpais

Mossad dijo...

No olvidemos quien ha pagado todas esas propiedades, y mucho menos como.Toda, absolutamente toda la riqueza de la iglesia es fruto del sufrimiento, la muerte y el expolio cultural y economico de pueblos enteros durante generaciones.Esas propiedades que la iglesia posee constituyen los ahorros de generaciones enteras de españoles, creo que esta crisis deberia marcar el momenton historico en el que ha llegado la hora de tomar posesion de esos ahorrros, nuestros.No es casualidad que los paises catolicos esten arruinados, mientras la secta catolica continua con la sangria gracias a sus privilegios , riquezas y una posicion social que no corresponde.


elpais

soberanía popular dijo...

La Iglesia Católica practica un capitalismo feroz: es propietaria de millones de bienes inmuebles en el mundo entero, de editoriales y librerías, de hospitales, de colegios y universidades, de bancos, de periódicos, de emisoras de radios, de canales de televisión, etc. Además cotiza en bolsa ya que posee importantes acciones en numerosas empresas !Y no pagan impuestos! !un negocio redondo! Solución: 1- una ley que exiga transparencia total de los bienes que posee el Vaticano=Iglesia Católica 2- que paguen impuestos como el resto de las personas jurídicas 3- que la Iglesia deje de ser financiada por un país entero que no comulga con los ideales de esta "empresa", es decir, que la paguen sus fieles. Son tres propuestas justas y respetuosas con los ideales y creencias ajenos.


elpais