Paraguay.- Los concejales municipales permiten que se destruyan pueblos y ciudades

ABCDIGITAL* : Asunción es, actualmente, la muestra más elocuente de cómo no debe funcionar urbanísticamente una ciudad. Cuando los entes públicos meten la pala en ella –ANDE, Essap, Copaco– nunca es para mejorarla, sino para destruir o desmejorar su equipamiento urbano; pero la propia Municipalidad, principal responsable, pone en la tarea más empeño que los otros citados anteriormente, y esto sucede, en parte, porque las autoridades municipales normalmente no entienden de urbanismo, no saben ni tienen experiencia alguna acerca de lo que una ciudad debe ser y, peor aún, a la mayoría de ellas no les interesa averiguarlo ni aprender.
Asunción es, actualmente, la muestra más elocuente de cómo no debe funcionar urbanísticamente una ciudad. Cuando los entes públicos meten la pala en ella –ANDE, Essap, Copaco– nunca es para mejorarla, sino para destruir o desmejorar su equipamiento urbano; pero la propia Municipalidad, principal responsable, pone en la tarea más empeño que los otros citados anteriormente; y esto sucede, en parte, porque las autoridades municipales normalmente no entienden de urbanismo, no saben ni tienen experiencia alguna acerca de lo que una ciudad debe ser y, peor aún, a la mayoría de ellas no les interesa averiguarlo ni aprender. Están en otra cosa, están de paso en esos puestos; lo que verdaderamente les interesa y a lo que apuntan es, generalmente, la carrera política y el dinero que puedan obtener con ella. Para ellos, el cargo es su negocio.

Sin duda, el más grave problema que padece la ciudad de Asunción y la mayoría de las que están creciendo, es el tránsito. Porque además del incremento de población y de vehículos de todo tipo, existen otros numerosos fenómenos que explican por qué las ciudades del área metropolitana, por ejemplo, están llegando a un punto crítico tal que en poco tiempo ya no podrá transitarse sino por sus suburbios.

Sin embargo, hay obstáculos que para la fluidez del tránsito son graves, pero cuya remoción es posible, como por ejemplo, el caso de las ochavas de las veredas. Casi todos los cordones de las esquinas de las calles y avenidas por donde los vehículos deben doblar no están ochavadas y los cordones sobresalen. Como resultado de esta irregularidad, la velocidad de giro se reduce casi a cero, repercutiendo en demoras de cuadras y cuadras, efecto más agravado donde hay semáforo.

¿Y por qué no pueden delinearse correctamente ochavas y cordones para solucionar esos problemas? Por un simple motivo: Primero, porque a los intendentes nunca se les ocurrió ordenarlo, y después, porque la ANDE y Copaco plantaron sus columnas en el vértice mismo de las esquinas, de modo que ni se puede recortar estas ni se las puede acomodar al giro. La extraordinaria “inteligencia” de los ingenieros de ANDE y Copaco no alcanzó a entender que sus columnas no debieron estar allí, y hasta ahora no hay quien se los haga saber. Es la Municipalidad la que debería obligarles a removerlas si quiere solucionar aunque sea en parte la congestión del tránsito. Pero tampoco para esto hay capacidad de acción, la Municipalidad no tiene fuerza, no se la respeta ni se hace respetar.

Existen esquinas en las que se instalaron cuatro o cinco columnas de tendidos de cualquier cosa, una al lado de la otra. O tal vez el negocio consista, precisamente, en comprar e instalar muchas columnas. Cualquiera podría hacer un relevamiento de calles y avenidas, y llegar a la conclusión de que Asunción debe ser la ciudad del mundo con mayor cantidad de estos postes por kilómetro lineal.

Otros grandes estorbos a la fluidez de circulación de nuestro tránsito es el mal estado del pavimento; las tapas del alcantarillado que están hundidas o sobresalen formando un montículo; el empedrado lleno de baches y canaletas producidas por el habitualmente pésimo trabajo de compactación de los obreros de Essap; capas asfálticas deterioradas y no recapadas ni sustituidas pese a tener sus términos de vigencia vencidos hace ya años. Son todos problemas que perjudican diariamente el flujo del tránsito, que inciden sobre la calidad de vida de nuestras ciudades, sobre el ánimo de la gente y, por supuesto, sobre el incremento de la insatisfacción general.

Todo esto forma un círculo vicioso que ningún intendente pudo romper hasta ahora y difícilmente lo hará alguno en el futuro próximo, habida cuenta de la gente inepta que elegimos para encarar tan simples problemas y el notorio agravamiento de estos. Nuestros intendentes, uno tras otro, o no entienden de estos, o no se hacen asesorar adecuadamente o por lo que se ve, ni tienen interés en resolverlos de forma parcial o definitiva.

Algo tan sencillo de realizar, como que los técnicos de las municipalidades, ANDE, Essap y Copaco se reúnan a conciliar sus proyectos, a remover juntos trabas como las anteriormente citadas y a crear un organismo interinstitucional para realizar consultas recíprocas, mantener la comunicación y ejecutar armónicamente las decisiones, aquí no se puede concretar. Hace décadas que cada organismo hace lo que se le antoja en el ámbito urbanístico sin que le importe en absoluto los obstáculos o gastos innecesarios que originan a los otros entes y, sobre todo, a los contribuyentes y a los electores. ANDE reparte generosamente sus columnas clavándolas en todas partes, donde se le ocurre mejor. Copaco teje sus ñandutíes de cables negros, de horrible aspecto, colgando por todas partes, sin orden ni el más elemental cuidado de la estética. Essap se ocupa de destruir el pavimento, sin sentir la más mínima obligación de dejar las calles como estaban. A sus directivos y a los empresarios que contratan, les importa un rábano la ciudad donde ellos mismos residen, o trabajan, o por la cual transitan.

¿Hasta cuándo? Esta es la gran interrogante. Porque estas quejas que aquí formulamos no son nuevas ni fueron tomadas en cuenta por nadie hasta ahora. Los concejales municipales representan al vecindario residente en las ciudades que los votó, dicen ser sus mandatarios, por lo tanto deberían asumir de una vez por todas ese carácter. Ellos son quienes deben tomar la iniciativa para que nuestras ciudades, tan deterioradas, comiencen a ser reedificadas bajo las normas de la modernidad, de la equidad y del buen servicio público, por lo que es importante seguirles la trayectoria. Hay que hacerlo, porque vendrán próximas elecciones.


* ABC Digital - 18.07.11
Foto: Asunción (Paraguay), vista - turismo

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