El eco-urbanismo como un nuevo modelo de vida

PASTOR SÁNCHEZ CRUZ/México* : Hoy en día se estima que alrededor del 60 por ciento de la población humana vive en zonas urbanas, estas cifras muestran por si solas la forma de crecimiento del modelo urbano inventado hace 7 mil años, sin embargo, éste podría llevar a un colapso, ya que las áreas urbanas se están evidenciando como el principal responsable de los problemas ambientales que se presentan en el planeta.
Actualmente las ciudades contribuyen a la contaminación global en una proporción superior al 75 por ciento, y utilizan más del 70 por ciento de la energía consumida por la humanidad, en 1990 de un total mundial de 35 ciudades con una población mayor de 5 millones de habitantes, 22 pertenecían a países en vías de desarrollo y para el 2025 se estima una población urbana en el mundo y en vías de desarrollo con un incremento de 2 mil millones de personas, la mitad de las cuales no dispondrá de servicios básicos como agua, electricidad o alcantarillado, por ende esto dará lugar a zonas urbanas conflictivas, insalubres e inmanejables, habitadas por masas antisociales de individuos desesperados y alienados, lo que resultará en un aumento desproporcionado de la ya fuerte presión sobre el ambiente.
En este sentido el planteamiento urbano sostenible es el único medio viable de acomodar las actividades humanas en un entorno cada vez más amenazado y deteriorado. Los arquitectos, diseñadores, urbanistas y todos aquellos que tienen responsabilidades en política territorial, deben ser capaces de analizar y comprender el profundo impacto que los temas ambientales y las innovaciones tecnológicas tiene sobre nuestras ciudades, nuestro modo de vida, nuestros hogares y nuestros lugares de trabajo.

La ecología y la tecnología apenas acaban de dejar a un lado su eterno enfrentamiento para superar los límites de su confrontación ideológica, hoy en día las estrategias para lograr un desarrollo sostenible integran necesariamente ambos campos, en una nueva y audaz visión del futuro. La sostenibilidad, el termino que la conferencia de Río de 1992 hizo famoso, se está introduciendo en todas las actividades humanas, las disciplinas del diseño y la planificación y urbana no son una excepción, son nuevos objetivos, son el diseño, el desarrollo y la gestión de comunidades humanas sostenibles.

La ecología se está liberando de su limitado papel de mero culpabilizador de conciencia, una identidad que, en el panorama reciente del diseño y el planeamiento urbano, ha dado lugar a muchos proyectos (mal llamados) verdes puramente cosméticos. En contraste con las aproximaciones puramente intuitivas habituales.

Hasta ahora la ecología actual ya proporciona a los planificadores un apoyo científico sobre el cual basar sus decisiones, además, las ciudades empiezan a ser consideradas como complejos, ecosistemas artificiales construidos.

La contribución de la tecnología a este audaz e innovador planeamiento resulta especialmente evidente en dos aspectos concretos; por un lado lo que podría definirse pues como eco tecnología, después de tres décadas de intensa investigación y teoría aplicada ya se permite hoy en día hacer un uso más racional de las fuentes de energía renovable y no renovable, el reciclaje de residuos sólidos y líquidos, el recurso a fuentes alternativas de energía o la creación de microclimas ya no son meras utopías sino realidades efectivas y tangibles que están funcionando satisfactoriamente en muchos lugares del mundo.

La otra innovación tecnológica importante que ya está afectando al funcionamiento o a la configuración de las ciudades, es la convergencia de tecnologías en los campos de la informática, las telecomunicaciones y los medios de comunicación, esta convergencia posibilita, entre otras ventajas, un empleo más lógico del tiempo y el espacio al evitar viajes prescindibles con los consiguientes ahorros de combustible y tiempo, y con la correspondiente disminución de la contaminación del tráfico y del estrés. Es por esto y muchas cosas más que el desarrollo sostenible mantiene la calidad general de vida, asegura un acceso continuado a los recursos naturales, evitando con ello más daños ambientales.

“Hoy en día, la tendencia es el análisis científico de los ciclos de vida de los materiales. Este concepto incluye todos los costos producidos por la fabricación, y eliminación de materiales específicos tanto internos (energía, materias primas, manufactura, transporte, etc.) como externos (contaminación, problemas de salud, destrucción del paisaje)”.

“En la construcción y el funcionamiento de una comunidad humana intervienen recursos de diversa índole, por ejemplo materiales para construcción, la energía, el agua, los residuos. Aunque otros recursos son igualmente necesarios, como el suelo, la iniciativa empresarial, la voluntad política, el dinero o la gente”.



* OaXaca Profundo - opinión - Nº94. 2011

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