A la espera de que decidan los jueces, y como su ejecución está prevista para el 15 de octubre próximo, el gobierno vigués ha tomado la decisión de encargar un proyecto parcial para las dos plantas cuya eliminación parece indiscutible. Una vez listo adjudicará su ejecución a una empresa especializada.
Paralelamente, técnicos de la Gerencia de Urbanismo están preparando el informe que se remitirá al TSXG justificando la propuesta de ejecutar parcialmente la sentencia, dejando sin efecto el retranqueo de otras cinco plantas. Los argumentos incidirán tanto en el coste económico como los problemas que puede plantear al conjunto del edificio. Igualmente, a las consecuencias sociales, con familias que perderían gran parte de sus viviendas y la afectación para la totalidad de los propietarios.
De acuerdo con los datos de que dispone el Concello, si dicho retranqueo se llevara a cabo sería necesario el desalojo completo del edificio, una cincuentena de viviendas, durante un año, incluida la panadería instalada en los bajos. Esto supondría que familias que viven en pisos completamente legales tendrían que abandonarlo nada menos que doce meses para que se cumpliera el fallo.
Al margen de las graves consecuencias de una medida de este tipo, se generaría un problema económico para cubrir una estancia tan dilatada en un piso provisional.
En función de todo ello es probable que, cuando llegue el 15 de octubre, el TSXG no se haya pronunciado y que se produzca una ejecución parcial. Las fuentes consultadas confían en que ante el acuerdo general de los afectados y la desaparición de las dos plantas superiores los jueces validen esta opción.
Negociaciones
En principio la solución no se conocerá al menos hasta septiembre, dado el parón que sufren los juzgados y la maquinaria municipal durante el mes de agosto. En julio hubo movimientos y reuniones entre todas las partes implicadas, aunque la clave residió en el contacto del denunciante con los jueces.
Allí se abrió paso la salida de un derribo parcial, lo que supuso un balón de oxígeno para los vecinos. Con carácter general, para evitar la incertidumbre de un año de desalojo. Y en el caso de las familias que verían mermadas sus viviendas, por las graves consecuencias. A modo de ejemplo, pisos de 120 metros perderían más de la mitad de su tamaño.
* La Voz de Galicia - 4.08.11
Foto: Vigo, edif Churruca - lavoz
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