Urbanismo: carrozas que eran calabazas

CELTASCORTOS/Galicia* : Hubo un tiempo, reciente, en el que los que dudábamos de que Vigo, Oia, Portonovo o Salvaterra fueran a duplicar su población y viviendas en sus Planes de Urbanismo éramos considerados, como poco, pesimistas. Era cuando la complicidad de políticos y promotores nos llevó a viviendas de medio millón en el centro y a fabulosas ofertas a veinte kilómetros. El presupuesto municipal crecía con recalificaciones y otros ingresos que mordían, o salían, de la burbuja inmobiliaria.
Esa impresionante carroza se nos ha vuelto una calabaza al estallar la burbuja del crédito bancario. Las cuentas de muchos ayuntamientos no salen porque aquellos ingresos se esfumaron y porque los gastos (de alumbrado, basura, saneamiento, policía, asfaltado, a lo largo de cientos de kilómetros de pistas urbanizadas) que no importaban antes, ahora son insoportables.
Ayuntamientos inviables más dispersión impagable nos obligan (ya lo hicieron en Grecia, Portugal o Italia) a suprimir y fusionar ayuntamientos o a ahorrar diputaciones para poder pagar facturas y sueldos. Y nos obligarán a pagar más por unos servicios públicos que muchos consideraban casi gratuitos y que los concellos abonaban a cuenta de ladrillos y diputaciones.


En el caso de la seguridad ciudadana las plantillas de policía municipal se habrán de congelar, y ocupar más en los núcleos urbanos de los concellos, mientras que la Guardia Civil debiera retomar tareas en el rural y diseminado. En este caso debiéramos beneficiarnos de los nutridos recursos que liberará el cese del terrorismo.

Porque a nadie se le escapa que con un paro galopante la inseguridad tenderá a crecer como ya lo hizo en otras crisis. Aunque conviene recordar que, hasta ahora, es la mezcla de volantes más bebidas (dos negocios privados) la que más disgustos, gastos y papeleos nos da.

Para responder por bienes e inmuebles las compañías de seguros y de seguridad privada ofrecerán alternativas al que pueda pagarlas. Pero para la seguridad de las personas todos dependemos de esos funcionarios públicos.

* La Voz de Galicia - Opinión - 18.12.11

0 comentarios :