El derribo de casas ilegales empezará por las que están en zonas inundables

ABC/Sevilla* : La Consejería de Obras Públicas y Vivienda trabaja en la elaboración de un decreto que dará amparo legal al proceso de normalización de los miles de inmuebles que se encuentran en situación ilegal o irregular al haberse construido en suelo no urbanizable, y en algunos casos en terrenos de especial protección medioambiental. Un porcentaje de ellos se verá inevitablemente abocado a desaparecer por derribo, y en primera línea se sitúan las casas construidas en zonas inundables. El coste de la regularización de la viviendas que cambien de estatus administrativo y los nuevos servicios a los que podrán acceder correrá por cuenta de los propietarios. Gloria Vega, secretaria general de Ordenación del Territorio y Urbanismo desde el pasado mes de noviembre, ha sido encomendada por la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz, para llevar a cabo la ardua tarea de poner orden en un capítulo de su departamento, como es sacar de la opacidad administrativa a las miles de viviendas, tanto aisladas como en formato de parcelaciones, que desde hace años incumplen la normativas urbanística. Dos comarcas, la Axarquía malagueña y el Valle del Almanzora, en Almería, han sido las elegidas para iniciar las actuaciones.

Marco legal

«El decreto forma parte —explica Gloria Vega— de un proceso que la Consejería está impulsando para dar una solución a este problema que es sumamente complejo y diverso. Hace años comenzamos a trabajar con los ayuntamientos en la realización de un inventario de viviendas levantadas en zonas no urbanizables, y dada la problemática es muy difícil pensar que es posible en el marco de la legislación un proceso de legalización total». En decir que, en momento alguno se ha optado por «una amnistía generalizada».

Según la secretaria general, «en el actual marco legal hay barreras que marcan diferentes circunstancias», como son la viviendas aisladas y las que se encuentran agrupadas en parcelaciones urbanísticas. Pero incluso en el capítulo de las casas aisladas, modelo que predomina en la Axarquía, también se dan distintos casos. «Hay viviendas históricas que llevan casi toda la vida en suelo no urbanizable y que carecen de autorizaciones, pero que sin embargo son legalizables por su origen histórico. Se dan también las viviendas que se construyeron legalmente y que ahora no lo son, porque la normativa del momento permitía que se levantaran en suelo no urbanizable en determinadas circunstancias, que luego cambiaron con la aprobación de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA)». Con ello, las viviendas legales pasaron —y así se consideran en la actualidad— a irregulares.

Régimen distinto

El borrador de decreto que presentó días atrás Josefina Cruz al Consejo de Gobierno prevé dejar a esos inmuebles, indica Gloria Vega, «fuera de ordenación, y deberán tener un régimen distinto al de las viviendas que han surgido tras la LOUA, y que son ilegales desde el primer momento».

Existe, sin embargo, otra variante, es la de aquellas casas que se construyeron en zonas no autorizadas después de entrar en vigor la Ley, pero al haber pasado cuatro años desde que fueron finalizadas, en función de esta normativa no pueden ser objeto de medidas disciplinarias. «La solución es muy problemática. Las viviendas no son legales, no se pueden legalizar, pero tampoco se pueden tirar», asegura la secretaria general.

El decreto aborda todos estos «paquetes» y contemplará en el caso de las parcelaciones la idea es «desarrollar la LOUA, y en el de las viviendas aisladas se prevé el procedimiento específico, en el marco de esa ley, para diferenciar la vivienda que nació legal y se quedará fuera de ordenación, de la que nació ilegal y que no se puede legalizar porque han pasado cuatro años. A estas últimas se les va a reconocer su situación a través de un régimen específico».

Concretando aún más, las casas fuera de ordenación podrá acceder a «una licencia de ocupación», la aspiración de todos los propietarios, y las ilegales pero que han prescrito y no se pueden demoler, recibirán un reconocimiento que se denomina «asimilado a fuera de ordenación».

Término confuso

Reconoce Gloria Vega que el término es un tanto confuso, pero es el que figura en el reglamento de disciplina urbanística. «Suena como si fuera igual que fuera de ordenación, pero son regímenes diferentes, porque el primero tiene licencia de ocupación y puede acceder a los servicios (luz, agua, etc), y el segundo también dispondrá de servicios», pero con matices, con la fórmula del autoabastecimiento, y ofreciendo el propietario garantías al ayuntamiento en materia de habitabilidad, de seguridad o de vertidos que no afecten al medio ambiente.

«Las viviendas que no se podrán legalizar en ningún caso», subraya la secretaria general, «son la que están en suelos protegidos, las que no están finalizadas (la orden de paralización ha llegado cuando estaban en fase de estructura) y las que están afectadas por la LOUA y no han transcurrido cuatro años desde que fueron terminadas, periodo que marca la Ley para la prescripción. A ninguna de estas viviendas amparará el decreto, por lo que, llegado el momento, tendrán que desaparecer».

Advierte Gloria Vega que los trámites a seguir desde que se detecta una construcción irregular o ilegal hasta que se procede a su derribo son arduos. «Que no piense la gente que los mecanismos consisten en decir tú eres ilegal y mañana llega la grúa y procede a la demolición».

Puestos a priorizar, las primeras viviendas susceptibles de derribo son las que ocupan el dominio público hidráulico de zonas inundables. «Esas no tendrán arreglo —subraya la secretaria general— por el riesgo que tienen. Pero si por los estudios que se hagan se ve que los terrenos de dominio público no son inundables, las viviendas quedarán fuera de ordenación».

Hay otra excepción. Cuando por vía del planeamiento se puede llevar a cabo una actuación, una obra, «para evitar la inundabilidad», circunstancia que se puede dar en los núcleos considerados históricos y que eran legales en su origen.


* ABC - 22.04.11
Foto: Operación de derribo de una vivienda ilegal cercana a la capital cordobesa - abc

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Valencia.- El mejor negocio tras la 'Gürtel'

PÚBLICO* : La constructora valenciana Sedesa, que según el juez instructor del caso Gürtel pagó 130.000 euros a Orange Market para financiar ilegalmente la campaña electoral del PP en 2008, realizó ese mismo año otros pagos a empresas relacionadas con la trama: según la documentación aportada al sumario, Sedesa abonó otros 72.000 euros a FP y Asociados, un despacho madrileño que a su vez derivó la mitad de los pagos a Everland SL, administrada por la esposa del exdiputado del PP Jesús Merino, imputado en la causa. Sedesa, dirigida por Vicente Cotino, sobrino del vicepresidente de la Generalitat valenciana Juan Cotino, ya no existe con este nombre. Pero a diferencia de otras constructoras que, como Begar o Teconsa, se vieron abocadas al concurso de acreedores tras verse relacionadas en el caso Gürtel, Sedesa pudo reinventarse sin mácula en lo que acabó siendo un buen negocio para sus propietarios: la absorción de por parte de la tecnológica Ezentis. Nueve meses después de difundirse los supuestos pagos ilegales para financiar la campaña electoral del PP, en junio de 2010, Sedesa fue adquirida por la antigua Avanzit, recién bautizada Ezentis.

La operación, que se valoró en 30 millones de euros con la emisión de nuevas acciones, se lanzó justo después de que el accionista clave de Avanzit, el fondo Thesan Capital, nombrara presidente, en febrero de 2010, a Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y candidata del partido a la presidencia de Castilla-La Mancha.

En septiembre de 2009 había trascendido un informe policial aportado al sumario Gürtel que acusaba a varias constructoras valencianas, entre ellas Sedesa, de pagar a Orange Market, empresa de la trama corrupta, por actos electorales del PP. Las sospechas fueron ampliadas por otro informe de Hacienda. Y el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Antonio Pedreira, las ratificó al incluirlas en el auto de inhibición para que el tribunal superior valenciano asumiera la investigación de la financiación ilegal del PP.
"Reducir la deuda del PP"

En el auto, Pedreira sostenía que "sociedades del grupo Sedesa habrían abonado 130.000 euros para reducir la deuda del PP de la Comunidad Valenciana" en las elecciones de 2008. El juez señalaba a cinco constructoras, que según el auto aportaron 523.000 euros, IVA incluido, a la campaña de 2008. Estos movimientos supuestamente ilegales se declararon a Hacienda porque, según la investigación, se vehicularon a través de Orange Market. Esta firma de la trama habría organizado actos de campaña del PP que en realidad fueron pagados supuestamente por las empresas.

El auto de inhibición de Pedreira se redactó el 25 de mayo de 2010. Y no había pasado ni un mes cuando, el 22 de junio, Ezentis informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de su intención de absorber Sedesa, cuyos portavoces niegan que financiara ilegalmente al PP.

La operación de compra coin-cidió con la revolución interna en la firma tecnológica, que en marzo anunció su transformación de Avanzit a Ezentis y el nombramiento como primer ejecutivo de Mario Armero bajo el impulso de Thesan Capital, fondo del banco japonés Nomura. El mes anterior, Thesan había nombrado presidente en España a Ignacio López del Hierro, que ya estaba en el consejo de Avanzit desde julio de 2009, tras la entrada del fondo de Nomura en el accionariado.
Apuesta del presidente

Un portavoz de Ezentis desvinculó por completo a López del Hierro de la apuesta por Sedesa y la atribuyó a Armero. López del Hierro se ha desvinculado recientemente de ambos proyectos: en diciembre de 2010 salió del consejo de Ezentis y el pasado febrero renunció a la presidencia de Thesan.

En 2008, los pagos de Sedesa relacionados con la Gürtel no se limitaron a Orange Market. Documentación aportada al sumario revela que este mismo año la constructora pagó otros 72.000 euros a consultoras de Madrid cuya relación con la trama se está investigando. La mitad de este dinero fue ingresado por Everland SL, empresa administrada por Ana Isabel Gutiérrez, esposa del exdiputado del PP por Segovia Jesús Merino, imputado en la Gürtel y aupado por Mariano Rajoy como portavoz adjunto del PP en el Congreso precisamente tras los comicios de 2008.

Merino, que el pasado 11 de marzo compareció a petición propia ante el juez instructor de la causa en Madrid, tenía acceso a las cuentas de Everland SL y fue socio de esta sociedad en 2006. El exdiputado, que siempre ha negado su relación con la Gürtel, renunció al escaño en abril de 2010, al mismo tiempo que dimitía como senador Luis Bárcenas, también imputado y, como Merino, promocionado por Rajoy en 2008, cuando pasó de gerente a tesorero del PP.

Según un informe de Hacienda incorporado al sumario, las consultorías de Merino y su esposa ingresaron 8,44 millones de euros entre 2002 y 2008. Varios de estos clientes habían trabajado en operaciones con imputados en la trama.
"Asesoría técnico-legal"

El acuerdo con Sedesa fue a través de FP y Asociados, despacho con el que la constructora firmó un contrato de "asesoría técnica-legal para la preparación, gestión y tramitación de cuantas ofertas decida presentar a los diferentes concursos o invitaciones promovidas por Administraciones y Empresas Públicas y Privadas".

El pago era de 6.000 euros mensuales. De ellos, 3.000 los ingresaba Everland SL, que entre 2004 y 2008 suscribió una decena de acuerdos idénticos con FP y Asociados de forma que esta le derivaba clientes y le pagaba el 50%.

En total, Sedesa abonó 126.000 euros a FP y Asociados por este contrato, suscrito en julio de 2007, de los que 63.000 euros recayeron en Everland. Según consta en la documentación aportada al juez del caso Gürtel, el último pago de Sedesa que cobró Everland SL fue el 4 de marzo de 2009, tres semanas después de la desarticulación de la trama. Luego no hubo más pagos.

La relación entre FP y Asociados y la esposa de Merino iba más allá de estos contratos puesto que ésta era accionista de Hurt-Newton, vinculada a FP y Asociados. Asimismo, una de las administradoras de FP y Asociados tenía a su vez autorización para acceder a una cuenta de Consultoría y Gestión de Inversiones, sociedad vinculada a Jacobo Gordon, también imputado.


* Público - 24.04.11
Foto: Caso Gürtel, compra Sedesa - elpais

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Barcelona.- El Supremo también anula la reforma del Eix Llacuna

ELPERIÓDICO* : El Tribunal Supremo ha confirmado la nulidad del plan de reforma interior (PERI) del Eix Llacuna en Poblenou, atendiendo la demanda que en el 2002 presentó el grupo municipal de CiU. Es la segunda vez que los jueces tumban el proyecto, después de que en el 2006 fuera el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) quien ya se postulara en contra. Los nacionalistas, que ayer informaron del fallo a través de una nota, vieron «confirmadas» sus tesis, mientras que desde el ayuntamiento se señalaba que la legislación sobre la que se basa «no está vigente». La resolución desestima de esta manera el recurso presentado por el consistorio en el 2006 ante unos hechos que se remontan al 25 de octubre del 2002, cuando el ayuntamiento aprobó la reforma de esta zona comprendida entre las calles de Pere IV, Roc Boronat, el cementerio de Poblenou y Llacuna, en paralelo a la rambla del Poblenou. El proyecto despertó la ira de los vecinos, ya que inicialmente se preveía construir nueve rascacielos de hasta 72 metros que el consistorio finalmente aceptó reducir.

ARGUMENTOS CONTRA EL PLAN / el concejal de CiU Joan Puigdollers explicó ayer a Europa Press que el fallo del Supremo, fechado el 23 de marzo, avala la tesis de su formación, según la cual el plan se hizo mal porque «afectaba a cambios en las zonas verdes que no estaban bien tramitados». Otros argumentos que los nacionalistas usaron contra el PERI del Eix Llacuna y que el TSJC dio por buenos fueron la «violación del régimen legal del suelo» y, por tanto, el hecho de «no respetar el régimen de cesiones y cargas de la ley de urbanismo anterior», y la aplicación de conceptos que no recogían las leyes en vigor en el momento de la aprobación, en octubre del 2002.

Fuentes de la concejalía de Urbanismo defendieron que la sentencia, que todavía no se les ha notificado por las vías ordinarias, «no tiene ningún efecto porque la legislación sobre la que se basa ya no está vigente», con lo que el PERI, a su modo de ver, es «perfectamente válido». «Con el recurso quedaba clara la voluntad de CiU de dificultar las cesiones de suelo al ayuntamiento para construir equipamientos y viviendas públicas. El deseo de CiU era ayudar a los particulares a obtener más plusvalías y evitar cesiones a la ciudad», señalaron las mismas fuentes.

ACUERDO VECINAL / El Eix Llacuna es uno más de los múltiples proyectos urbanísticos que buscan convertir el 22@ en la nueva zona de negocios de Barcelona. Tras el enfado inicial de los vecinos, el ayuntamiento logró alcanzar un acuerdo que beneficiara a ambas partes, y, a día de hoy, ya se han construido la mayoría de edificios -oficinas, hoteles, vivienda pública...- que preveía el plan.

Por su parte, Puigdollers destacó que la sentencia del Tribunal Supremo llega al final del mandato, e ironizó sobre la posibilidad de que sea un ayuntamiento liderado por el candidato de CiU, Xavier Trias, el que tuviera que aplicar el fallo.


* El Periódico - 25.04.11
Foto: Barcelona, vista mar PobleNou - EP

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El Puerto.- 'Las Beatillas': oídos sordos a la Justicia

LAVOZ/Cádiz* : Un mes después de que el Tribunal Supremo ratificara la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que ordena la demolición de este macrocomplejo turístico y deportivo, todo sigue igual en Las Beatillas. La Junta, que tendría que asumir la responsabilidad subsidiaria, se encuentra por el momento a la espera de que el Grupo Jale responda al mandato judicial y derribe su propiedad. El Ayuntamiento portuense, por su parte, carece de competencias en este asunto y se muestra presto a la colaboración en el caso de que la Administración regional lo solicitara. Fuentes cercanas al Grupo Jale confirmaron que en Las Beatillas solo se encuentran los guardas de seguridad. Ante los rumores de que la entidad podría haber solicitado una prórroga al disponer de reservas para celebrar bodas y comuniones, estas fuentes descartaron tal posibilidad e informaron que el complejo, inaugurado en 2001 para la celebración de congresos, fiestas y actividades deportivas, entre otros, redujo drásticamente su actividad en enero, y de forma total a partir del nueve de marzo. Solo unos días antes de que el Supremo dictara una sentencia firme, y contra la que no cabe recurso alguno.

Sin licencia de obras

Construido en suelo calificado como no urbanizable de sistemas generales de espacios libres, el Grupo Jale solo necesitó una licencia de obras del área de Urbanismo del Consistorio portuense, que permitía la ampliación del antiguo cortijo con el fin de desarrollar actividades de hostelería. Nada que ver con lo que se hizo. La empresa levantó un palacio de congresos de planta baja más subterráneo, un restaurante de 285 metros cuadrados, cinco pistas de pádel, un parque infantil, una carpa, una urbanización de 11.684 metros cuadrados y aparcamientos. Todo tiene que desaparecer en virtud de la sentencia del Supremo, que tras ocho años de trámites, desestimó los recursos de casación interpuestos por Jale Construcciones S.A. y Las Beatillas S.L. para darle la razón al TSJA en torno a la ilegalidad de esta construcción, donde tendría que existir un parque periurbano de uso público.
Desde la Junta se puso de manifiesto que ya existe un proyecto para el derribo del complejo en el caso de que el Grupo Jale no ejecute la orden. Pero la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz, señaló en declaraciones recientes durante una visita a El Puerto, que por el momento se encontraban a la espera de que el propio grupo asumiera su responsabilidad. Fuentes del área de Urbanismo del Ayuntamiento explicaron que la Junta le retiró las competencias en este ámbito pero que en todo caso podría solicitar su colaboración en el caso de la ejecución del derribo. Algo que por el momento no ha sucedido. Como tampoco ha recibido el Consistorio una petición del Juzgado para que vigile si el Grupo Jale inicia las obras de demolición. Estas fueron decretadas en 2003 por la DirecciónGeneral de Urbanismo de la Junta de Andalucía y recurridas por las citadas empresas. Pero desde el Supremo consideran que la sentencia «no se puede tachar de desproporcionada, sino más bien de ejemplar». El escrito añade que «resulta de una claridad incontestable que las obras, cuya demolición se ha ordenado, fueron realizadas sin licencia y que no está permitido que, sin ellas, un antiguo cortijo se convierta en un complejo turístico deportivo. Por lo que las construcciones son ilegales e ilegalizables». Con respecto al permiso que el Grupo Jale obtuvo del Ayuntamiento, en aquel tiempo gobernado por Independientes Portuenses, el Supremo lo considera una forma de ocultar y dar cobertura legal a algo que no la tiene.


* La Voz Digital - 22.04.11
Foto: El Puerto (Cádiz), complejo Las Beatillas a demoler - lavozdigital


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El Síndic insta a anular un plan en Sella que dobla el suelo urbanizable

ELPAÍS/Alicante* : El Ayuntamiento de Sella, una localidad con poco más de 600 habitantes del interior de La Marina Baixa, situada a 20 kilómetros de Benidorm, ha recibido la recomendación del Síndic de Greuges de retrotraer las actuaciones del plan parcial Saleres al momento anterior a la aprobación del proyecto de reparcelación de un PAI, que pretende construir 180 viviendas y duplicar la población de uno de los pueblos con más encanto de la comarca. Esta actuación, que doblará el suelo construido en la actualidad en este pueblo, es todo un ejemplo de la connivencia y la confusión de los intereses privados con el interés público. La queja al Síndic fue presentada por uno de los propietarios de suelo en el plan, Adolfo Pérez Alemany, que también interpuso una demanda civil contra el urbanizador, Sella Hills, S L. Las alegaciones que Adolfo Pérez presentó en las diferentes fases de tramitación del PAI fueron desestimadas hasta tres veces por haberlas presentado fuera del plazo establecido, según informa el Consistorio. Pero el Síndic deduce, de la documentación aportada por el mismo Ayuntamiento, que la Administración municipal hizo "una interpretación irrazonable o arbitraria de la legalidad procedimental", dando prioridad a la notificación de los plazos al afectado a través del Boletín Oficial de la Provincia antes que a la individual en su domicilio, actitud que favoreció al urbanizador.

Sella Hills asegura que ha acabado más del 96% de las obras de reparcelación y que se ha gastado 5,66 millones de euros, 2,32 más de los previstos "por modificaciones que ha ido exigiendo el propio Ayuntamiento". Esta contestación se deriva de una petición de aclaración del consistorio sobre el estado de las obras, paradas desde hace meses, con el objeto de conocer si podría haber caducado la condición de agente urbanizador de Sella Hills, que se defiende asegurando que la inactividad está justificada porque "los defectos detectados por el Registro de la Propiedad han sido debidos a las deficiencias de los certificados emitidos por el propio Ayuntamiento", gobernado por el PP con mayoría absoluta.

De hecho, hasta seis de las 19 parcelas del plan parcial están inmatriculadas, entre ellas la del exalcalde Vicente Mas, de 6.206,49 metros cuadrados, casi el 14% del total. El plan Saleres obligó a dimitir en abril de 2009 primero de alcalde, y luego de concejal a Mas, para poder aprobar la reparcelación, ya que fue recusado por los socialistas por sus intereses particulares en la tramitación y aprobación de este sector. Su sucesora, Natalia Hernández, hizo valer el voto de calidad como alcaldesa, ya que otro concejal del PP, sobrino del exalcalde, también era propietario de una parcela.

El exalcalde fue uno de los tres propietarios de suelo que decidió pagar en metálico las cuotas de urbanización, pero Sella Hills no le exigió el aval de los 191.592,11 euros que le correspondería abonar, como sí hizo con los 92.666,07 de su hermana, Emilia Mas Pla, o los 56.973,50 de Ester Gomis.

Saleres se ha quedado empantanado y, con ello, la CAM (Caja Mediterráneo). La empresa Sol de Sella, S L, que compró el 57% de los 45.536,21 metros del PAI y comparte administrador con la empresa urbanizadora, solicitó seis préstamos hipotecarios a la caja alicantina para otras tantas parcelas por un importe total de 4,7 millones de euros, cuyas condiciones ha tenido que renegociar, convirtiendo el plan parcial en uno de los activos tóxicos de la entidad.

El Ayuntamiento aprobó y adjudicó el plan a Sella Hills, S L, el 23 de julio de 2003. El 28 de septiembre de 2004 fue definitivamente aprobado por la comisión territorial de Urbanismo. Aunque el 11 de septiembre de 2009 se aprobó el proyecto de reparcelación, hubo que refundirlo y modificarlo para volverlo a aprobar en pleno el 28 de abril de 2010. Los socialistas han reclamado al gobierno local que explique con informes propios, no del urbanizador, la situación legal del plan y por qué las obras están paradas desde hace 10 meses.

El presidente provincial del partido y de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, calificó como "magistral" la labor de Mas al frente de la alcaldía de Sella, a pesar de la oposición vecinal y ecologista que ha suscitado su gestión urbanística.


* El País - 24.04.11
Foto: La urbanización de Les Saleres, en Sella - elpais

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¿Cabemos todos en el mundo?

VICENTE VERDÚ* : Hace un siglo, la Tierra tenía 1.600 millones de habitantes. Este año seremos 7.000 millones. En 2050, ¿9.000 millones?...
La masa, la multitud, la muchedumbre. Se tome como se tome, este inmenso magma revolviendo su fuerte olor de chusma lleva a la voluptuosidad o a la náusea. El gentío puede ser público, un concepto impermeabilizado, o puede ser la masa que por sí misma indica una grasa sin cabeza, blanda e indeseable. Algunos seres humanos, reunidos y aislados, causan tristeza; muchas personas clamando ratifican el éxito o el fracaso de un hecho extraordinario. Pero finalmente un colmo voluntario cerca la humanidad a la manada. El tufo que desprende esa turbamulta fue el que envolvió desagradablemente al burgués Ortega y Gasset cuando en 1929 publicó La rebelión de las masas. Para Ortega, amante de la élite y del líder, creyente en lo selecto y minoritario, el ascenso de las masas y su dilatado influjo no solo anunciaba una época nueva, sino la decadencia de lo que se había respetado. Quizá, incluso, la definitiva decadencia que provoca el exceso irreversible y da paso tanto a los productos en serie como a los géneros degradados, dispuestos para contentar la vulgaridad de una democracia a la que llamó con despecho "hiperdemocracia": "sistema donde ya la masa actúa directamente sin ley". Este malestar que el hipergentío provoca se halla estrechamente unido a la alarma, entre aprensiva y humanitaria, que hoy levantan los pronósticos respecto a la superpoblación del mundo.

¿Podrá el mundo soportar los 9.000 millones de habitantes que se esperan para el año 2050? ¿Tendremos que permanecer con los brazos cruzados ante los 7.000 millones o más que se contabilizarán a finales de este año?

Un grupo de prestigiosos vaticinadores como Jared Diamond o Paul Ehrlich predicen para un futuro relativamente cercano "un colapso total". Colapso en el abastecimiento de víveres, colapso en la construcción de viviendas, colapso de la organización. Recuerdan estos "científicos", arúspices de lo aciago, al Ortega y Gasset y el barrio de Salamanca de los años veinte. O, en general, a toda la burguesía intelectual y fina que, por si no hubiera sido suficiente la hecatombe sufrida unos años antes con la Gran Guerra, ahora veía acercarse, y bien armada, a la avalancha de las masas que ni siquiera permitían pasear tranquilo, merendar cómodamente en una sala de té o acudir al teatro entre la clase educada, aseada y bien vestida de siempre.

La rebelión de las masas de 1929 encuentra hoy, un siglo después, su multiplicado correlato en el omnipresente y espeso vaho que desprende la temida superpoblación no ya del barrio o de la playa familiar, sino del atlas general del mundo. Puede que no hubiera alimentos para todos si las producciones del porvenir no variaran, pero los transgénicos y los insecticidas, los nuevos sistemas de riego, los cultivos con o sin tierra, y en general las inéditas aplicaciones bioquímicas, se encuentran preparados para atender un problema que reporta beneficios seguros, en la política, en la economía, en la salud y en la paz social.

De otra parte, todos los países que perviven tras desbancar a los dictadores se desarrollan y educan en el laicismo, ansían la vida confortable y disminuyen el culto a la fertilidad. La gigantesca proliferación de seres humanos en apenas cien años (de 1.100 millones a 7.000 millones) es obra de las zonas más pobres (subsaharianas, especialmente), pero esos alumbramientos por llameantes que sean se apagan poco a poco y en proporción al nivel de renta alcanzable.

El ascenso social coincide con el descenso de la natalidad y, sin muchas dudas, el miedo a la superpoblación en Occidente es el miedo a la fuerza de la pobreza que, en su desesperación, empuja a emigrar de cualquier modo y en avalancha hasta las ciudades más hermosas y ricas.

En EE UU, la simple aprobación de la ley de los derechos civiles en los sesenta desencadenó un gran movimiento de la superpoblación negra del sur hacia urbes como Washington, Filadelfia, Baltimore, Chicago y Detroit. Una emigración de tal envergadura y vehemencia que los blancos abandonaron a racimos sus viviendas ciudadanas y fueron a establecerse en el extrarradio.

Este ejemplo que ahora define el perfil de esas y otras ciudades norteamericanas del Este ha carcomido el urbanismo, ha acrecentado la delincuencia, ha promovido el destrozo y ha plasmado, en definitiva, la estampa del desequilibrio clasista sobre la arquitectura material y moral de estas ciudades.

Igualdad de derechos civiles, libre circulación y grandes desigualdades sociales componen la tríada de una fuerza invasora que si ya se ha experimentado en varias áreas del mundo desarrollado podría estallar a nivel planetario y la misma bomba atómica sería un torpe remedo de la bomba multitudinaria que encierra el superartefacto la superpoblación.

Que el mundo sea capaz o no de soportar 1.000 o 2.000 millones más de personas tiende a ser un planteamiento impertinente. El mundo, inherentemente, puede autorregularse ecológicamente, naturalmente, evolutivamente. El problema no lo tiene el mundo, sino los mejor establecidos en este mundo, los demógrafos maltusianos y algunos profesores eméritos que, nacidos en un planeta de 2.500 millones de habitantes, contemplan una humanidad que ya no entienden.

Todos aquellos baby boomers que se retiran o mueren ahora, unos del corazón, otros de desasosiego, han cruzado una época que asombraba tan solo con el prêt-à-porter, la televisión en serie, el chip infinito o incluso la aberración de no poder hablar más que en 140 caracteres del Twitter. Y todas estas rarezas, al alcance de cientos de millones de personas.

¿Más gente aún? ¿Mayor número de asistentes a los conciertos, más best sellers millonarios, colas hasta para la exposición de Tiziano, caravanas enormes de automóviles para llegar a Lloret del Mar?

La situación tiene que parecer alarmante a toda una ancha generación y no se diga ya si, según las previsiones, la muchedumbre tiende todavía a crecer y crecer. ¿Cómo no esperar que pase algo y de una categoría apocalíptica si no se contienen las gestaciones?

A Ortega y Gasset, esta plaga de la masa multípara le irritaba al punto que para explicar su personal (y cultural) ahogo ante las masas describía la nueva situación como la de "el lleno". "El lleno" es antipático, desagradable o incómodo. Y por un doble motivo. Primero, porque te impide poder entrar holgadamente en un local, y segundo, porque aun entrando, ni la función de teatro ni la visita a la exposición ni el simple aperitivo en la barra se disfrutan.

El odio al lleno es un odio de clase, el odio a la superpoblación es un odio de especie.

El odio de clase

Dice Ortega: "Las casas, llenas de inquilinos. Los hoteles, llenos de huéspedes. Los trenes, llenos de viajeros. Los cafés, llenos de consumidores. Los paseos, llenos de transeúntes. Las salas de los médicos famosos, llenas de enfermos. Los espectáculos, como no sean extemporáneos, llenos de espectadores. Las playas, llenas de bañistas. Lo que antes no solía ser un problema, empieza a serlo casi de continuo: encontrar sitio".

A la ansiedad del vacío se opone la angustia de la superabundancia. ¿Moriría el mundo por una suerte de cáncer o apoptosis demográfica en donde las células no mueren o no se eliminan mediante su necrosis natural, sino que continúan patológicamente ganando espacios, presencia, tumor?

El miedo a la masa es el miedo personal a la barbarie, el temor a ser arrollado por una extraña invasión de alienígenas, emigrantes que huyen de sus lugares deleznables para traer consigo la ignorancia y la miseria.

La educación o la sanidad universal, las prestaciones al desempleo y la situación de dependencia, la protección pública hacia el desamparado, son todas ellas creaciones nacidas en la sociedad de masas. Políticamente poseen el halo de una Tercera Internacional, socialmente representan la política contra el posible comunismo de los explotados.

La historia se repite aunque ya, a estas alturas, sin etiquetas ideológicas. Medio siglo después de la guerra fría, los Gobiernos socialistas que, ávidos por el caudal electoral de las masas, buscaban su voto proclamando las consignas de justicia e igualdad se convierten en ecologistas o médicos del planeta que ponen el acento en la necesidad de regular los contagios, vigilar los recursos económicos y salvar con ello al mundo y a la humanidad.

Regular los contagios, controlar la fertilidad humana, regar los campos, innovar en la producción de alimentos y de viviendas baratas, fijar nuevos asentamientos, mejorar el urbanismo y las comunicaciones, combatir las plagas y el crimen, son algunas de las muchas partidas que enmascaran un miedo vagaroso a la superpoblación y una extrema desconfianza en las legiones de advenedizos al territorio familiar.

Puede ser que el mundo no se trastorne con 500 millones de habitantes más, pero siguiendo este ritmo en 30 años pueden ser un 50% de población adicional y, lo que es más importante, unas ciudades supergigantes en el Tercer Mundo, desde El Cairo hasta Addis Abeba, desde Río de Janeiro hasta Singapur, serán los nidos de todos los crímenes, los focos del terror.

Nunca más llegarán las agitaciones políticas desde los campesinos, puesto que los campesinos serán quienes mejor acoplen sus necesidades a sus medios, sino de las grandes urbes donde la miseria se transmuta en delincuencia y la marginación en semillero de la economía criminal. Incluso es probable que como se vive en Nueva Delhi la ley de la calle ha sido reemplazada por la falta de leyes, tal como si el exceso de población llegada de los medios rurales hubiera convertido la avenida en un bancal sin caballones; la calle, en un pastizal sin aceras, y las plazas, en una plataforma sin bancos ni parterres.

¿Más habitantes en el mundo es proporcional a un mundo menos seguro? Probablemente sí, si el crecimiento desborda la capacidad de las instituciones. En esta indeterminación radica fundamentalmente el miedo al crecimiento de la especie. No es tanto la piedad porque no puedan subsistir con la producción existente -siempre incierta- como el temor a que su reproducción amenace la apropiada situación de bienestar en la especie.

El odio de especie

A diferencia de otros animales, lo específico de nuestra especie no es el contacto con los demás, sino la distancia. Son especies de contacto aquellas que se apiñan por placer y permanecen piel con piel durante horas, como el hipopótamo, el cerdo o el erizo. Hay especies, sin embargo, de "no contacto", entre las que se encuentran el caballo, el perro, el gato, la rata y los seres humanos. No nos aguantamos mucho tiempo cerca. Puede ser que este rechazo no predomine siendo cachorros o bebés, pero en cuanto se alcanza el estado adulto toda confortabilidad requiere holgura. Y no ya un hueco para pensar o atacar, sino como hábitat natural de supervivencia.

El hacinamiento nos mata y bastaría la excesiva proximidad para enfermarnos. De ahí la aversión a la multitud indiferenciada, a la aglomeración indistinta. El individuo (indivisible) requiere para su definición una esfera en la que reine el olor y el amor propio. De modo que el abrazo amistoso, la asociación religiosa, el equipo, el vecindario, son elecciones desde la soledad primigenia en que nos fundamos. Nada que ver con el pantanoso cosmos del cerdo o el apegamiento de las vacas.

En el fondo, además, siempre estamos y queremos disfrutar la libertad de estar solos. No más solos que la una, forzosamente y a casi cualquier hora, pero solos cuando lo deseamos. Solos pobres o ricos, sanos o enfermos, libremente apartados de los demás.

Marcel Proust escribía: "Nos comunica alguien su enfermedad o su revés económico, lo escuchamos, lo compadecemos, tratamos de reconfortarle y volvemos a nuestros asuntos. ¡Qué solas estamos las personas!". Y qué bello disfrute hallamos en esa oquedad cuando por momentos, voluptuosamente, la escogemos.

O expresado de otro modo: la masa nos acosa, su proximidad nos ahoga. El miedo a la superpoblación invoca el discurso de Malthus ("no habrá alimentos para todos"), pero esconde nuestro temor individual a ser invadidos por la más que empachosa presencia de los comensales. No se trata de que nos vayan a quitar el plato, sino de que se inmiscuyan en nuestra sopa.

La superpoblación es igual al asqueroso ascenso de las masas que abrumaba a Ortega. La diferencia, sin embargo, es que ahora, pasado un siglo, no sabríamos explicarnos la sociedad ni a nosotros mismos sin las superventas, los blockbusters, las estadísticas, los estadios a reventar. Y, sobre todo, ya no sabríamos qué mundo habitamos si no tuviéramos presente la desbordante concurrencia, siempre en ascenso, de todos con todos a través de la red social.

No nos tocamos ni rozamos en la Red, tal como corresponde a la especie, pero chateamos, jugamos y nos timamos juntos siempre al nivel de macrocantidades cuyo concepto ha pasado, poco a poco, de ser un hecho extraordinario a convertirse en la información habitual. Y también en la medida áurea de casi todas las cosas.

La cantidad indica la fama mucho más que la cualidad, la élite de Ortega y su coro de sabios exquisitos se deshace en el wisdom of crowds, el Heno de Pravia se extiende en la interminable paja de los discursos vanos, las retóricas huecas o las películas sin guion.

El saber de la muchedumbre, los códigos abiertos, las open sources, conceden el protagonismo al conocimiento de las multitudes mientras desdicen como una antigualla el liderazgo intelectual del genio individual. Todo es súper de acuerdo a la suma del montón.

La superpoblación será un fenómeno alarmante y desajustado a la alta cultura de unos pocos, pero hoy ¿cómo hablar de la crisis, del hambre, de la riqueza o del accidente si no alcanza el grado superlativo, hipermoderno, super-lady-gaga?

En consecuencia, la superpoblación sería lo más coherente con un mundo como este, cuajado de superéxitos y superproducción. ¿Miedos? ¿Amenazas? ¿Catástrofes derivadas de la superpoblación? No es preciso esperar a que la cifra de seres humanos trepe hasta los 10.000 millones o más. En diferentes lugares del planeta, y especialmente en el área subsahariana, la alta fertilidad se corresponde con la vacuna de la mortalidad. En casi todos los demás puntos del Tercer Mundo, de Tailandia a la India, de China a Vietnam, los métodos anticonceptivos mantienen el censo relativamente controlado.

nadie desea, como en los tiempos del catolicismo a machamartillo o los imperios del Opus Dei, tener todos los hijos que nos mande Dios. Y Dios, por su parte, ha relajado su potente dominio y el semen no es ya, ni mucho menos, lo vigoroso que fue.

Siendo naturalistas, ecologistas, biólogos, equilibristas, humanistas, es fácil predecir que el mundo en cuanto superórgano sabe lo que le conviene, lo que le beneficia y, en definitiva, lo que puede dar de sí. El problema más grave de la superpoblación no se halla en la superpoblación del planeta, sino, como es obvio, en la monstruosidad de las concentraciones en las superurbes. Pero ¿qué hacer? Un campesino mexicano gana más de pordiosero en la capital que de campesino en Oaxaca.

¿Enfermedades? Las epidemias en la metrópoli reciben mejor asistencia que las enfermedades en el campo. Podría diseñarse un urbanismo más eficiente y compasivo, pero ¿por quién?, ¿para qué? La muerte de las mujeres que dan a luz en la ciudad junto a la mortalidad de sus hijos es menor que la de las zonas rurales. ¿Urbanizar el campo?

Todo el mundo tiende en tromba hacia la urbanización, y si en 2010 se llegó a un 50% en cada zona, las previsiones son que para 2050 el campo albergue tan solo a una tercera parte de la población. La fertilidad declina en todos los domicilios y tanto más cuanto más urbanizado se halla el entorno o cuanto más crece la clase media.

Los pobres estaban destinados a parir, y los ricos, a sacar provecho de esa mano de obra barata. Pero ahora, como tendencia, no conviene ni que sobren parados ni que se les retribuya muy mal. El consumo, como antes el ahorro, es el nuevo aliado del capital.

Más gente es más fiesta. La gente ama a la gente. Hace cola en los estadios, en los museos, a la salida de un CD o un iPod, se hacina en los conciertos de rock y se amontona a la intemperie con la conciencia de que esa penalidad es parte importante del suceso. Parte inseparable de la importancia del suceso.

A la gente le gusta la gente. Es lo que más le gusta y con eso se explica en dos palabras los éxitos de los Facebook, los Twitter o los e-Bay. Demasiada gente abruma mucho, pero poca gente deprime funeralmente. ¿Superpoblación? ¿Cuánta población sería necesaria para desencadenar el odio que las ratas se tienen cuando al multiplicarse se devoran entre sí?

Por el momento, ampliándose hasta las predicciones para el siglo XXII, hay aforo para todos y lo decepcionante sería que a causa de las guerras, las epidemias o las hambrunas llegara esquilmado el porvenir.

El demógrafo francés Hervé Le Bras, que no renunció a elaborar predicciones de cara al Juicio Final, estimó que para ese momento apoteósico de la gran judicatura la población se habría multiplicado por 20, y esto tras padecer guerras, tormentas de hielo y toda clase de sevicias. Se trataría entonces de un censo planetario próximo a los 120.000 millones que comparecerían ante el Gran Juez dentro de 2.000 años aproximadamente.

¿Una exageración? ¿Cómo podría considerarse una exageración algo como el mismo Fin del Mundo? Y siendo así, ¿cómo esperar menos público en un espectáculo de tan inmensurable magnitud?



* El País - Opinión - 24.04.12

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