Hortaleza pide transporte público

ELPAÍS/Madrid* : Viernes por la tarde, en el local de la Asociación de Vecinos de Villa Rosa de Madrid, en el distrito de Hortaleza. Es lo que se llama un espacio polivalente, con grandes espejos en las paredes y barras para gimnasia. Un grupo de vecinos representa a los 12 barrios del distrito de Hortaleza. Están preparando sus demandas-propuestas ante el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. El vigente tiene ya 15 años y el Ayuntamiento trabaja en la elaboración de uno nuevo. Si la participación ciudadana es lo que legitima el urbanismo, aquí están en pleno ejercicio ciudadano, haciendo un urbanismo que poco tiene que ver con el de salón y despachos.

En el camino dejan patente que los Ayuntamientos son la Administración más cercana al ciudadano: parte de las demandas que quieren elevar al Consistorio ya se las han hecho saber a “su” concejala. No están contentos y no es por falta de sintonía. Algunas peticiones tienen poco de ideológico: nadie quiere una cementera en la puerta de un colegio. “Se han ido dejando sin contenido las competencias de las juntas y concejalías”, se lamenta Francisco Caño, del barrio, que canalizará las quejas junto con Vicente Pérez Quintana, de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).

Entre las asociaciones de vecinos del distrito de Hortaleza y el consistorio hay divergencias sobre el papel de la iniciativa privada, pero, en cambio, hay coincidencia con las líneas maestras de la revisión del plan: introducir flexibilidad en el planeamiento, mezcla de usos, propia de la ciudad mediterránea compacta, y rehabilitación de la ciudad existente, según resume Pérez Quintana.

La preocupación es que la flexibilidad signifique barra libre para quien solo busque rentabilidad a corto plazo. “Hay que pelear porque no sea el mercado, sino el Ayuntamiento quien imponga la ciudad que quiere”, aseguran en la FRAVM.

Uno de los vecinos reunidos en el local de la Asociación de Villa Rosa, de mayor edad, se pregunta si tiene sentido la redacción de un nuevo plan, a la vista de las miles de modificaciones del actual. Pide que se articule la participación ciudadana cuando se vayan a producir cambios entre lo planeado y lo ejecutado. Caño cita el caso del Palacio de Hielo donde, sobre suelo pensado para zona deportiva singular, lo que ha primado ha sido el uso comercial y produce molestias al vecindario.

Pérez Quintana sí considera necesaria la redacción de un nuevo plan que ya no se hace con costosos equipos externos: “Sospecho que va en el programa electoral porque sin dinero es poco lo que podían prometer”, anota.

Los vecinos van desgranando las carencias de equipamientos públicos: falta de residencias de la tercera edad, colegios, biblioteca —es el único distrito que no tiene—, atención sanitaria... “Es muy importante un reequilibrio de la ciudad”, añade Caño, “falta también una casa de la mujer que debería ubicarse en el colegio Rubén Dario, previa su rehabilitación, y en Manoteras se aprobó un centro cívico para la juventud que se ha quedado sin hacer al igual que una biblioteca municipal en la Gran Vía de Hortaleza”.

Cuando le toca el turno a Sanchinarro surge otra demanda con letras mayúsculas: una normativa urbanística que acompase la existencia de nuevas viviendas con la presencia de dotaciones en los nuevos desarrollos. Para que no pase lo que en este PAU donde los pisos no son precisamente baratos, pero hay importantes carencias: centros de enseñanza, un polideportivo —se licitó y quedó desierto— o un mercado que no sea insostenible como el megacentro proyectado en su día al gusto de Ruiz Gallardón.

“La estructura de ciudad hace imposible el comercio de proximidad y los locales, muy caros, se concentran en una sola vía”, toma la palabra el vecino que evidencia la falta de comunicaciones que, por otra parte, se da en todo el distrito. “Sanchinarro, rodeado por tres autovías, apenas tiene accesos o estos son insuficientes, con lo que es imposible calcular el tiempo de llegada al trabajo..., han diseñado el caos”, concluye.

Sanchinarro y Las Cárcavas son los peor comunicados pero “El Bosque también tiene déficit de transporte público y otro tanto sucede en Virgen del Cortijo”, corrobora Francisco Caño que, además de vecino es responsable de Medio Ambiente de la FRAVM. “Curiosamente en la puerta de las instalaciones del Real Madrid, en Valdebebas, se pone estación de ferrocarril y de metro, pero en cambio no hay previstas paradas de metro ni en Las Cárcavas ni en la Ribera del Loira, entre la M-40 y la línea de ferrocarril, por donde entran y salen 4.500 vehículos diariamente”, protesta.

La FRAVM apuesta por la ejecución de una segunda línea circular de metro que una la periferia de Este a Oeste por fuera de la línea 6 y que enlace Vallecas, Vicálvaro, San Blas, Hortaleza y Fuencarral. En su día, la asumieron la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. También viene pidiendo el cierre del anillo ferroviario, con parada en Las Cárcavas, “no sería costoso y evitaría mucho tiempo, ya que ahora hay que dar la vuelta desde San Fernando-Coslada para llegar a Chamartín”, comenta una vecina.

Otra demanda en este distrito en el que el movimiento vecinal tiene todo un catálogo elaborado desde los noventa, es la de la ampliación de la M-40 por la saturación de los tramos entre Vallecas y el nudo de Manoteras. El Ministerio de Fomento propuso dos vías de servicio que “suponen hacer desaparecer 1,8 millones de metros cuadrados de zona verde para dar servicio al vehículo privado”. La federación propone su soterramiento para reactivar economía y empleo.

En Hortaleza está el campus de la Justicia, 18 hectáreas, más las 20 hectáreas reservadas para la ampliación de los recintos feriales que habría que replantearse para darles utilidad, indican. También hay parcelas que desde 1985 no se desarrollan. “La parcela cedida al productor José Luis Moreno para el Coliseo de las Tres Culturas, 10 años retenida, debería dedicarse a escuela de formación profesional integral, aprovechando la cercanía al metro de Canillas”, pide Caño.

Una buena noticia para este distrito de 2.800 hectáreas y barrios dispares: se han aprobado los presupuestos de la remodelación de la UVA de Hortaleza que se viene pidiendo desde hace 20 años. Va a liberar espacios para que haya parques. Pero no es la única zona necesitada de intervención.

Pérez Quintana considera necesaria la declaración de ARI (Área de Rehabilitación Integral) de zonas con viviendas de cuatro plantas sin ascensor. Y una vieja demanda, un paseo peatonal que se incluya en la vía ciclista —hoy reservada a áreas turísticas— sobre una vía subterránea del Canal de Isabel II que permitiría intercomunicar el distrito, con lo que llaman “la Casa de Campo de Valdebebas”, 480 hectáreas de parque forestal.

Y, de la letra grande a la menuda, un empeño de la FRAVM son los huertos urbanos. De momento alegales. Piden la cesión temporal de parcelas sin uso y algunas de ellas abandonadas, para llevar una acometida de agua. ¡Hay que ir replantando para la nueva temporada...! y, hasta la ONU les ha dado la razón.


* El País - INMACULADA DE LA VEGA Madrid 25 OCT 2012
Foto: Madrid, barrio Hortaleza - madrid

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