ChoVito y la aplicación de la ley de costas

ElDIGITALDECANARIAS/TOÑO LINARES* : Allá por los años ochenta, la televisión alemana emitió un reportaje sobre el excesivo volumen de construcción en la construcción en las costas canarias. Emisión televisiva que generó un rechazo de las autoridades canarias alegando intromisión en la forma de planificar su desarrollo, lo que supuso el pistoletazo de salida de un modelo de desarrollismo que ha llegado hasta nuestros días, con las graves consecuencias que hoy estamos sufriendo.
A lo largo de todo nuestro litoral observamos una serie de edificaciones que atentan contra la estética del buen gusto e, insultan a cualquier sensibilidad medioambiental. Desplazando cualquier vestigio de nuestro estilo arquitectónico cultural de esta tierra. Las casitas blancas con puertas verdes, característica propia de una vida de cara al mar, que los residentes en Canarias han patentado como seña de identidad propia, recibida como legado de un trabajo impagable de nuestros antepasados.

La defensa de los pueblos marineros de Canarias ha quedado silenciada por un desarrollo, dirigido por un sistema especulativo, ocasionando el retroceso cultural y social de esta tierra única, en aras del progreso impuesto por unos pocos, conduciendo al conjunto de la población a ser dependientes de esos propulsores del sistema capitalista, hoy en plena crisis, arrastrando a la ciudadanía a ser el pagador de la avaricia de este modelo socio-económico.

En este sistema devorador existen personas que se oponen a ser presa del modelo impuesto, como es el caso de las treinta y una familia de ChoVito, un poblado marinero construido en la pos guerra civil. Un poblado creado para saciar la necesidad de varias personas, al poder vivir de cara al mar, en convivencia con los recursos naturales que el océano les facilitaba. Un poblado que lo han colocado en el punto de mira.

Con el pretexto de la aplicación de la Ley de costas, ChoVito lo han condenado a ser pasta de la maquinaria de demolición, por interpretar que invade el espacio marítimo terrestre, al igual que lo invade gran cantidad de urbanizaciones hoteleras, turísticas, chalet de lujo, de reciente creación a lo largo de todo la costa de Canarias.

Visitando al poblado de ChoVito, observamos como todo el litoral del municipio de Candelaria esta totalmente edificado, probablemente incumpliendo la ley de costas, quedando el reducto de la zona donde se ubica la central térmica, el núcleo poblacional de Bajo la cuesta y, el propio ChoVito. No es de extrañar a nadie que el interés de desmantelar la central térmica, nada tiene que ver con el acabar con un modelo energético obsoleto y contaminante, al igual que la demolición de los núcleos poblacionales anexos, tengan exclusivamente un objetivo de especulación urbanístico.

Una sorpresa indignante es lo piensa toda persona de bien que conozca la problemática de este poblado de Candelaria, al ser incomprensible que obras, con dificultades judiciales incluidas, como es el caso de la Teresitas, hoteles en Lanzarote y, otras urbanizaciones a lo largo de la costa, no les sea aplicada la ley de costa con la misma intensidad y contundencia que se ha hecho con ChoVito. Un acto diferencial que escenifica el trato de favor para beneficiar el desarrollismo urbanístico, que ha sepultado cualquier rastro de la idiosincrasia de las personas que han poblado este archipiélago y, que quieren seguir residiendo en él, acorde con el estilo de vida heredado de sus antepasados.

La carencia de inteligencia o, el afán desmesurado de aglutinar fortunas rápidas, están haciendo que reductos como ChoVito, sean conocidos por generaciones venideras por postales, o cuentos de abuelos a nietos, cuando perfectamente podría hacerse rutas turísticas por estos poblados, mostrando un estilo de vida, consiguiendo de esta forma un reparto de la riqueza, en lugar de ofertar a los visitantes más cemento y piche. Oferta de la que pretenden escapar cuando salen de vacaciones.

Los residentes en ChoVito no han perdido esta batalla y, pase lo que pase, nunca la perderán, porque sólo las batallas perdidas son aquellas que se abandonan y, estas personas de altísima dignidad, no sólo se han opuesto a la demolición de sus viviendas, sino que le han plantado cara, a todo el sistema que como traje a medida, pretende condenarlos a vivir en jaulas prefabricadas, sumándole a esta condena la sanción económica en forma de hipoteca, y la pérdida cultural que dejarían a generaciones venideras.

El destruir ChoVito, o cualquier poblado costero de característica similar, escudándose detrás de la aplicación de la ley de costas, es como pretender destruir el Teide porque todos tenemos derecho a recibir la señal de telecomunicación, y este emblemático volcán nos lo impide.

(*) Presidente del colectivo ecologista Tagoror Achinech


* El Digital de Canarias - Opinión - 16.11.12
Foto: Cho Vito (Tenerife), poblado ilegal - hollands

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El Tribunal Superior de Baleares ordena el derribo de 13 edificios en Mallorca

ELPAÍS* : Un auto del Tribunal Superior de Justicia de Baleares ordena que, antes del 15 de mayo de 2013, se derribe el complejo residencial de 13 edificios -–ilegales– en la costa de Ses Covetes, justo al lado de la playa virgen de Es Trenc, en el municipio de Campos, Mallorca, muy cerca de la zona donde el Gobierno balear acaba de aprobar la construcción de un hotel gigante. El bloque, testimonio del desarrollismo residencial hasta la primera línea de costa, es desde 1995 un complejo fantasma, inacabado, repleto de pintadas que cada día en verano ven los miles de visitantes de los arenales."Es un caso como el de El Algarrobico”, observa Agustí Cerveró, abogado de los ecologistas y nacionalistas al celebrar el éxito jurídico y de respuesta civil a esta causa.

No ha sido fácil llegar hasta aquí. Antes de lograr esta sentencia se han emitido dos decenas de sentencias. Este último auto no es firme, pero sí ejecutivo. Ya en 2007 el Tribunal Superior balear ordenó –y reitera ahora– la demolición para “recuperar la legalidad urbanística perturbada” y que la costa recupere su condición natural. Los magistrados señalan al alcalde de Campos, Sebastià Sagreras, del PP, como órgano responsable de ejecutar la orden. El padre del regidor, llamado también Sebastià Sagreras, adquirió la promoción residencial cuando ya estaba bloqueada por los tribunales. Sobre el caso se han pronunciado también la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.

La expansión inmobiliaria de la franja no explotada de Ses Covetes y Es Trenc quedó vetada por las leyes baleares de protección de los años 80. El ámbito litoral quedó preservado por la Ley de Costas de 1988. A pesar de ello, el Ayuntamiento de Campos, en 1992, otorgó una licencia –declarada nula por los tribunales– para levantar 68 apartamentos, un bar restaurante y una piscina en un supuesto solar urbano. La obra fue paralizada en 1995, con las viviendas a punto de venderse y ocuparse.

El complejo se alzó en zona de dominio público marítimo terrestre, en suelo que en realidad no era urbano y protegido por la Ley de Costas. Ni siquiera el proyecto de reforma de esta ley aprobado recientemente por el Gobierno, que indulta miles de edificios construidos en la playa, salva de la piqueta esa muralla inacabada de viviendas de lujo. En el entorno existen antiguas y pequeñas casas tradicionales de veraneo de mitad de principios del siglo XX.

Los ecologistas del GOB (Grup d’Ornitología Balear) y el grupo nacionalista del PSM han promovido la denuncia pública y la acusación del asunto para evitar "un desastre ilegal de gran impacto medioambiental", señaló el proteccionista Miquel Angel March al iniciar su combate de casi 20 años. "Estamos muy satisfechos, por su trascendencia y porque es una noticia muy buena en un momento muy oportuno", celebra la portavoz del GOB, Margalida Ramis. Para poder mantener la causa abierta han tenido que realizar varias colectas ciudadanas.

La empresa propietaria reclamó inicialmente 27 millones de indemnización, pero renunció a la posible reclamación al dejar que expirara el plazo ante el Ayuntamiento. Los negociantes que compraron la ruina y la empresa tras entrar en quiebra anunciaron que recurrirían a los tribunales europeos para terminar la obra y su consumar su negocio. La empresa promotora declaró en la licencia un presupuesto de 2,5 millones de euros.


* El País - ANDREU MANRESA - 15.11.12
Foto: Vista del complejo residencial de 13 edificios, en la costa de Ses Covetes, justo al lado de la playa virgen de Es Trenc. / TOLO RAMON

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