Valencia.- Un proyecto que perdió la llave

La iniciativa privada debía gestionar el complejo administrativo 9 d’Octubre 35 años a cambio de un canon, pero ha costado 107 millones a la Generalitat.
"ElPAÍS* : Era un proyecto de “llave en mano”. Así lo describió a principios de 2005 el entonces consejero de Economía y Hacienda, Gerardo Camps, que lo presentó como un modelo que iniciaría “la gestión privada en centros administrativos”. Una empresa privada se encargaría de la construcción del complejo y de su mantenimiento. A cambio, la Generalitat pagaría una cánon anual durante 30 o 35 años, periodo tras el cual los edificios pasarían a manos del Consell. El actual complejo administrativo 9 d’Octubre, en Valencia, al que este año se están trasladando por fases cerca de 4.500 empleados públicos, fue presentado en su día como una iniciativa pionera. pero por el camino debió de perder la llave, ya que ha acumulado un coste de 107,9 millones y por su mantenimiento habrá que pagar 725.000 euros anuales.

Así lo indica el actual consejero de Hacienda y Administración Pública, Juan Carlos Moragues, en respuesta a las preguntas formuladas por el diputado socialista en las Cortes Valencianas Rafael Rubio.

Construido sobre lo que fue la Cárcel Modelo de Valencia, el complejo, a decir de Gerardo Camps, sería gestionado por una empresa que, no solo se encargaría de mantener los edificios, sino de los medios materiales y todo el equipamiento necesario para su funcionamiento. Explicaba muy gráficamente el consejero que la Generalitat solo tendría que “poner los funcionarios” en lo que calificaba como “una gran ciudad administrativa”. Añadía Camps que el sistema permitiría al Consell hipotecarse sin que la deuda se computara en las cuentas.

“El procedimiento de financiación de las obras ha sido con cargo al presupuesto de gastos de la Generalitat de los ejercicios presupuestarios de 2008 a 2013”, reconoce lacónicamente Moragues en su respuesta al diputado socialista, con lo que constata que la construcción se ha llevado a cabo por un método menos innovador y bastante más prosaico. El consejero detalla las certificaciones abonadas, explica el calendario de recepción de las obras, que culminará el 30 de junio, y añade que “la conservación y mantenimiento integral de la Ciudad Administrativa 9 d'Octubre será realizado, durante un periodo de 72 meses, con un coste anual de 725.068 euros”. El cuadro que aporta el consejero suma hasta 2019 un total de 4,3 millones de euros, que habrá que actualizar según el aumento del índice de precios al consumo que se produzca anualmente.

“El gran proyecto de colaboración público-privada ha quedado en nada”, señala Rubio. “Gerardo Camps lo vendió como una obra emblemática que no supondría coste para la Administración, pero se licitó en enero de 2008 por el método clásico y se está terminando ahora, cuando se había previsto que estuviera acabado en 2009”.

El diputado socialista recuerda que “se dijo que la empresa adjudicataria se encargaría de un mantenimiento integral que incluiría hasta los folios. Ahora, el mantenimiento es también el convencional y no incluye, por ejemplo, el sistema informático”. Rubio ha detectado que, en la ejecución de las obras se llevaron a cabo dos modificados, uno en noviembre 2010 y otro en octubre de 2011, que han supuesto un aumento del 19,8% del precio por el que se adjudicó el proyecto.

“A los vecinos también les han tomado el pelo”, añade el parlamentario, “porque les habían prometido una serie de instalaciones para suplir el deficit de servicios públicos del barrio y no las han hecho”. La concentración de departamentos de la Generalitat en el complejo tiene como objetivo abandonar edificios alquilados y vender inmuebles de la Generalitat para obtener fondos. Rubio se pregunta “cuál será en realidad el ahorro” que se consiga. Y se declara escéptico si hay que atenerse a la diferencia entre lo que el Consell anunció sobre el proyecto y lo que ha acabado haciendo.


* El País - ADOLF BELTRAN Valencia 19 MAY 2013
Foto: Valencia, complejo 9 Octubre - elpais



.................................... Leer más...

La marca España reducida a escombros

Una obra artística que quiere llamar la atención sobre el problema del 'ladrillazo' en este país. A pesar de las leyes contradictorias, o simplemente especulativas, del gobierno, en bastantes casos graves de urbanismo salvaje una cuidada demolición o derribo hubiera sido la mejor forma de solucionar atentados tremendos contra el paisaje y la Ordenación del Territorio.
"CONFIDENCIAL* : Toneladas de escombros rellenan el pabellón de España de la 55 Bienal de Venecia. Han derruido el edificio, pero de forma simbólica: es una expresión visual de lo que sería aquella construcción en caso de ser demolida. El proyecto artístico que presentará España en la muestra veneciana, uno de los mayores eventos de arte contemporáneo del mundo, se planta frente al urbanismo para romperlo en pedazos y establecer un alegato en defensa de los pocos espacios urbanos en los que aún hay lugar para la libertad: los descampados".

Lara Almarcegui es la artista seleccionada para representar a España en la exposición internacional, celebrada cada dos años y que podrá visitarse desde 1 de junio al 24 de noviembre. Es una joven Zaragozana que confiesa tener “un problema con el exceso de urbanismo y de diseño” desde hace mucho tiempo y sentir una cierta “claustrofobia” en las ciudades. Almarcegui es experta en desnudar edificios y deconstruirlos mostrando los materiales de los que están compuestos aquellos lugares que frecuentamos a diario. Lleva algo más de diez años desmontando construcciones (en Bélgica, Róterdam, Málaga, Dijon, Viena, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León…) y ahora ha hecho lo propio con el pabellón de España en Venecia diseñado por el arquitecto sevillano Javier de Luque en 1922.

Acceder al pabellón será una tarea difícil, pues los visitantes se encontrarán con una mole, mezcla de ladrillo, mortero y hormigón que ocupa todo el centro del pabellón y obligará a recorrer las habitaciones laterales para poder transitar por su interior. En esas salas contiguas también se expondrán otras montañas de materiales, algo más pequeñitas, de madera, arena, cristal y acero. Como si de una receta de cocina se tratara, la artista pone sobre la mesa (un suelo que ha tenido que ser reforzado) todos los ingredientes que componen el plato del edificio español.

Los materiales provienen de restos de demoliciones transformados en grava, tras ser reciclados según el proceso de tratamiento de escombros de Venecia, ha explicado la artista, y que volverán a su lugar de origen una vez terminada la exposición: “Solo ha habido que costear su transporte, no los materiales”, ha remarcado Almarcegui esta mañana en la presentación del proyecto en Madrid.

La joven zaragozana, que estudió Bellas Artes en la Universidad de Cuenca y en De Ateliers (Amsterdam), da forma a sus expresiones artísticas exclusivamente desde el punto de vista del lugar. Este proyecto no es una reflexión sobre España, precisa, sino un esfuerzo “ontológico, social y político” del urbanismo en general y de la ciudad de los canales en concreto, según ha descrito Octavio Zaya, comisario del pabellón español.

Una isla de cristal

Y es que detrás de esa escombrera se esconde un segundo proyecto: La Guía de la Sacca San Mattia, la isla abandonada de Murano, Venecia, una investigación en torno a una isla veneciana formada con residuos de cristal de la industria de Murano. Se trata de un antiguo vertedero abandonado creado entre las décadas de 1930 y 1950 con rellenos de escombros y dragados de la laguna. Con 26 hectáreas de extensión sin construir, es el espacio disponible vacío más amplio de Venecia, lo que da lugar a toda clase de especulaciones, como el controvertido proyecto de excavar un tren bajo la laguna para comunicar el aeropuerto con la ciudad, que tendría una parada en la zona.

Los descampados representan un espacio de infinitas posibilidades para la artista, quien habla de estos lugares como si de parques protegidos se tratara, y que “están desapareciendo” a marchas forzadas debido a la obsesión por regular los espacios vacíos: “En los descampados sucede de todo porque no corresponden a ninguna planificación urbanística. Todo lo que no se puede hacer en la ciudad se puede hacer allí, es un mundo de posibilidades y de muestra de los procesos de decadencia urbana”.

El presupuesto del doble proyecto de Almarcegui consta de unos 400.000 euros procedentes de la inversión pública y privada. Es la mitad de lo utilizado en la última bienal, según ha explicado en la presentación Itziar Taboada, directora de Relaciones culturales de AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), quien ha destacado el trabajo de coordinación realizado junto al organismo público Acción Cultural Española. “Un ejemplo a seguir”, según Taboada, en un momento “en el que se habla tanto de falta de coordinación y de duplicidades”.


* El Confidencial - Verónica Ramírez - 16.5.13
Foto: Montaña de grava en el pabellón español de La Biennale di Venezia. (Ugo Carmeni)

.................................... Leer más...