El nuevo proyecto de Ley de rehabilitación. ¿Se pretende volver a la época del boom inmobiliario?

Algo que se ha estado demandando, desde antes del inicio de la crisis inmobiliaria, ha sido la rehabilitación urbana. Habría que decir que en otra fase, porque ya en los últimos setenta y ochenta se rehabilitaron bastantes núcleos históricos con programas específicos. La diferencia es que ahora la nueva ley pretende fomentarla operada por el mercado privado. Algo que, sin duda, se hará con criterios económicos más que arquitectónicos o urbanísticos, con lo que esta iniciativa puede desvirtuar completamente sus necesarios fines.
"IBÁN DÍAZ PARRA* : El gobierno del Estado ha publicado recientemente un nuevo Proyecto de Ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas. Es esta una medida muy demandada desde el perjudicado sector de la construcción y una de las pocas iniciativas dirigidas a la reactivación económica que ha realizado un gobierno centrado en las políticas de austeridad. La promoción de la rehabilitación ha sido una estrategia utilizada en el pasado para promover o sostener el sector de la construcción en un contexto de crisis. El caso más reciente es el primer periodo de democracia liberal en la España posfranquista.

En las década de los sesenta y setenta España había contado con un importante crecimiento económico, aún en el marco de recesión global propiciada por la conocida como crisis del petroleo. Contexto en el que se fragua la importante industria de la construcción española apoyada sobre el mercado de vivienda en propiedad y el turismo litoral. No obstante, desde finales de los setenta existe una desaceleración importante que coincide con el freno del crecimiento demográfico y de los procesos migratorios del campo a la ciudad. En este contexto, las políticas urbanas se dirigen en mayor medida a la rehabilitación de la ciudad construida, con especial atención a los enclaves históricos, completamente desinvertidos a principios de la década de los ochenta.

El fomento de la rehabilitación fue bastante exitoso a la hora de mantener la industria de la construcción y su mano de obra, algo que supuso una buena base para el posterior crecimiento de la misma en los dos ciclos inmobiliario-financieros que comienzan a partir de la entrada de España en la CEE en 1986. También es notablemente exitosa la rehabilitación conseguida en los centros históricos de las grandes ciudades españolas, ligadas a la potenciación de su función turístico-comercial y al aburguesamiento residencial de los mismos. La rehabilitación ha sido por lo tanto una parte importante de los sucesivos booms inmobiliarios entre 1987 y 1992 y entre 1997 y 2007.

La nueva ley pretende fomentar la rehabilitación y la renovación urbana operada por el mercado privado, tanto de la edificación como de los espacios públicos. Una intervención en la que tendría un papel importante la adaptación de la vieja edificación a los nuevos criterios de edificación sostenible y que recaería en cierta medida sobre los propietarios particulares y las comunidades de vecinos. Todo esto, implica un intento de restablecer uno de los elementos del anterior boom de la construcción, de forma similar a lo que hace la Ley de costas con la edificación de residencias para el turismo de sol y playa. Es obvio que para el actual gobierno resulta deseable un regreso al ciclo expansivo altamente especulativo que nos condujo a la actual depresión económica. Probablemente es deseable también para una parte importante de la población, que encuentra en esta posibilidad su principal esperanza de volver a la sociedad parcialmente opulenta que dejó atrás en 2007. No obstante existen serias dudas sobre la posibilidad de que esto sea factible.

En primer lugar, sigue existiendo un stock importante de vivienda vacías y sin vender, en diferentes modalidades y distribuidas por todo el territorio nacional. Ahora bien, el derribo de esas mismas viviendas puede ser una parte de la actividad constructora que se pretende fomentar, con el objetivo último de generar la escasez que permita al mercado volver a funcionar. En segundo lugar, existen serios obstáculos a una revitalización de la demanda, en la medida en que la demanda interior se ha visto y se va a seguir viendo seriamente castigada por la prolongación en el tiempo de elevadas tasas de desempleo, los recortes que afectan a los salarios indirectos y el saldo migratorio negativo. Asimismo, la demanda exterior encuentra sus limitaciones en la dimensión internacional de la crisis económica, que afecta inevitablemente a los clientes tradicionales (RU, Alemania y Francia), mientras que los nuevos mercados para el turismo y las segundas residencias (China o Rusia) por el momento no alcanzan a sustituir a los viejos. En tercer lugar, gran parte de la rehabilitación más rentable, en los enclaves históricos de las grandes ciudades, ya se ha llevado a cabo en los ciclos anteriores. Aunque todavía existan sectores degradados potencialmente atractivos para la inversión, estos siguen dependiendo de la existencia de una demanda. Así, la rehabilitación y adaptación a criterios de eficiencia ecológica afectaría en primer lugar a bolsas de infravivienda y comunidades de residentes en sectores urbanos afectados por cierta obsolescencia, graylands , que inevitablemente requerirían de importantes ayudas públicas que el gobierno está muy alejado de querer otorgar. Finalmente, el boom inmobiliario español, con sus desastrosas consecuencias por todos conocidas, se desarrolló en un contexto muy concreto y difícilmente repetible. Cualquier salida que pueda tener la crisis obliga a tomar otros caminos, sin que estos aseguren en absoluto el volver a la época de bonanza anterior.


* Rebelión - Opinión - 16.06.13
Foto:  Vigo, antigua estación - urbanity




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Bilbao.- Fomento gastó 50 millones en hacer un túnel que lleva tres años cerrado

En otras noticias se ha criticado ya el despilfarro monumental en infraestructuras de transporte, pero continúan saliendo a la luz más casos, como este del túnel ferroviario del puerto de Bilbao. Parece que debido a un mal diseño del proyecto, esta nueva línea fue rápidamente protestada por los vecinos de la zona. Y ahora, una vez más, un gran puerto se queda sin salida efectiva por tren, dejándolo en manos de las limitadas carreteras. Algo demencial.
"ELDIARIO* : En Euskadi también se tira el dinero en infraestructuras inacabadas. Desde hace tres años existe un túnel de cuatro kilómetros cerrado y sin ningún uso, pese a que ha costado casi 48 millones de euros. Es el que iba a ser nuevo acceso ferroviario directo al Puerto de Bilbao, el llamado túnel del Serantes, que se construyó entre 2005 y 2010. Pero sus dos bocas de entrada y salida están tapiadas, cuando solo faltaba por instalar las vías y la catenaria. En este caso la oposición vecinal y social ha evitado su puesta en marcha.

El túnel del Serantes se construyó para dar una salida al tráfico de mercancías del Puerto del Bilbao, constreñido por las malas comunicaciones por vía férrea. El 90% de las mercancías tiene que salir por carretera y el 10% restante circula por la línea de pasajeros de Renfe entre Bilbao y Santurtzi, por lo que el transporte se hace fundamentalmente por la noche. El túnel del Serantes iba a evitar el paso por esta línea, aunque seguiría utilizando el otro trayecto de cercanías que va de Bilbao a Muskiz. El proyecto suscitó críticas porque transportaba el problema a los municipios de Ortuella y Trapagaran.

Era un problema que ya se sabía pero que las instituciones (la obra ha sido sufragada por el Gobierno central) confiaban en que fuera temporal, ya se corregiría con otro proyecto: la llamada Variante Sur Ferroviaria, una inversión calculada en 600 millones de euros, que desviaría el trazado fuera los núcleos urbanos aprovechando las líneas de los antiguos ferrocarriles mineros de la zona. En la década pasada eran años de bonanza y se confiaba en la ejecución de este magno proyecto.

Pese a las incertidumbres las obras se empezaron a acometer en junio de 2005 y la presión vecinal y social de la zona afectada creció, incluso con la presentación de demandas en los tribunales contra la obra. Finalmente la presión hacia el PSE, acrecentada porque se producía en uno de sus feudos de poder, la Margen Izquierda en Vizcaya, obligó al entonces Gobierno de Zapatero a renunciar a su puesta en marcha, pese a que las obras se habían acabado ya a mediados de 2010.

Ahora la obra del túnel del Serantes está como un monumento, sin uso ni futuro en bastantes años o quizá nunca. Está supeditada a que se acometa la Variante Sur Ferroviaria pero gastarse 600 millones no pasa por la cabeza de ningún responsable del Gobierno central. “No bajamos la guardia”, ha afirmado José Ángel Seijo, uno de los portavoces del movimiento vecinal contrario al proyecto. Oskar Martínez, alcalde de Ortuella (el municipio por cuyo centro urbano iban a pasar las mercancías con el túnel del Serantes), ha asegurado que hay un compromiso de no abrirlo hasta que se acometa la Variante Sur ferroviaria pero reconoce que es un “sinsentido” mantener paralizado el túnel del Serantes. Son 50 millones tirados a la basura. El Ministerio de Fomento no ha atendido los requerimientos de El Diario Norte para explicar el futuro del túnel del Serantes.

Un proyecto impulsado por Alvarez Cascos

El túnel del Serantes (su denominación es porque horada el monte Serantes) tiene un recorrido de cuatro kilómetros, de los que 3,6 son soterrados y otros 400 discurren en un falso túnel. Su génesis se remonta a dos décadas atrás y de hecho en varias ocasiones se anunció que estaría en funcionamiento hacia el año 2000. Fue el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Casos, quien dio el impulso definitivo en 2000, al comprobar que era inviable que el tráfico pesado del Puerto de Bilbao discurriese en un 90% por carretera. Las obras, con varios retrasos más sobre lo previsto, se iniciaron en junio de 2005.

Su puesta en marcha ha sido una histórica reivindicación de los responsables del Puerto de Bilbao, sobre todo desde que en 1992 se aceleró la ampliación del Puerto de Bilbao, que en 20 años se ha ampliado en cerca de 200 hectáreas de superficie. El Puerto ha insistido en los graves problemas que supone la falta de una conexión directa con la meseta, hasta el punto de considerar que, sin resolver esta cuestión, las obras de ampliación podrían perder todo su sentido.


* El Diario - Alberto Uriona - 21.6.13
Foto: Bilbao, túnel de Serantes - eldiario



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