El que pida licencia de obras es imbécil

Aunque la noticia está aplicada al caso de las islas Baleares, es perfectamente ampliable al resto de autonomías, ya que en este asunto del Urbanismo ilegal no hay Comunidad que se libre de la plaga 'ultraliberal'. Se aplican Leyes de Suelo permisivas, junto a otras delictivas generales como la nueva Ley de Costas 'popular', todo en beneficio del infractor, amiguete normalmente del poder local, y contra todo aquel que cumpla a rajatabla la legalidad o defienda el medio ambiente. Un asunto gravísimo en el que la justicia vuelve a actuar de convidada de piedra, ante las numerosas amnistías concedidas por la clase política 'interesada'.
"JOAN LLUÍS FERRER* : El Partido Popular (PP) se ha convertido ya en una organización que promueve de forma declarada y explícita el incumplimiento de las leyes y las infracciones urbanísticas. La amnistía a las obras ilegales construidas en el campo, contemplada en la nueva Ley del Suelo, constituye una afrenta al Estado de Derecho, al sentido común y a las más elementales reglas por las que se rige cualquier colectivo civilizado. El PP lleva aprobadas ya tres amnistías consecutivas en los últimos lustros, con lo que consolida su estrategia de destrozar la seguridad jurídica, la igualdad de todos ante la ley y el respeto a las normativas.

El mensaje de la Ley del Suelo es el siguiente: el que haya construido una vivienda sin licencia y pasándose por el forro toda la normativa podrá ahora tener licencia pagando simplemente una multa. En vez de derribarle la obra, como prevé la ley, se opta por premiar al infractor. Es el mundo al revés. Dado que ya ha habido dos amnistías como esta y seguramente en el futuro habrá más, la conclusión es evidente: el que pida licencia de obras para construir es que es imbécil. Ya vendrá el político de turno del PP para demostrar que quien hace las cosas bien, solicita los permisos necesarios y cumple la ley, no es sino un memo y un panoli.

Pero la Ley del Suelo no es el único mecanismo con que el Govern de Bauzá y el Consell de Vicent Serra destruyen las normas más básicas de convivencia. Sant Antoni es el primer municipio de Eivissa donde, gracias a las nuevas normativas del PP, se procede a una legalización masiva no ya de casas aisladas, sino de núcleos urbanos enteros que han florecido en medio del campo sin licencia. Los llamados Asentamientos en Medio Rural (AMR) constituyen directamente un insulto a la inteligencia humana. En vez de tramitar el preceptivo expediente de demolición o, al menos, sanción a los autores de estas infracciones, el Govern y el Ayuntamiento de Sant Antoni deciden premiarlos con una licencia y, no solo eso, sino que también les amplían el perímetro para poder edificar aún más ¡y encima sin alcantarillado ni ceder solares al Ayuntamiento! Así prosperan quienes incumplen las leyes y así es como el PP estimula un clima general de indisciplina, caos y anarquía absolutos.

Lo que hace el PP es disfrazar con leyes lo que es simplemente el regreso a la selva y a un sistema tribal. Nunca ningún Govern mostró tanta eficacia en la tarea de socavar los cimientos mismos del orden jurídico que debe presidir toda sociedad. ¿Cuál será el próximo paso?

De momento, ya pueden ir dimitiendo todos los concejales de Urbanismo de la isla, pues cuando vayan a paralizar una obra por vulnerar algún parámetro legal, solo estarán haciendo el ridículo. Su partido político estará ya en esos momentos preparando otra amnistía para premiar a ese infractor y convertir en inútil el voluntarioso proceder de estos concejales, suponiendo que haya alguno que cumpla con su deber.

Teniendo en cuenta lo que hace este Govern en materia de urbanismo, pero también en materia de educación (donde sigue idénticas pautas), el PP balear no tiene nada que envidiar el Tea Party norteamericano. Al final, tendremos un catálogo inacabable de leyes y de políticos para una sociedad donde, sin embargo, mandará el que tenga la cara más dura o la billetera más abultada. Pero para esto no hace falta ningún político ni ninguna ley. Esos gobernantes de mentira deberían tener la decencia de irse a sus casas y dejar que la jungla funcione sola. Al menos, nos ahorraríamos su sueldo.


* Diario de Ibiza - Opinión - 17.9.13
Foto: Ibiza, bahía - turismo



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