Contra la corrupción urbanística: ¿cambio urbanístico o cambio político?

Interesante artículo sobre la lacra social de la corrupción urbanística que lleva azotando, lamentablemente, este país (y otros) desde hace años. El autor sigue mi propia tesis de que el Urbanismo, como ciencia y actividad social, debe estar regulada públicamente por unas medidas mínimas, pero respetuosas con los valores de la sociedad donde se desarrolla. Aquello del 'todo vale' de la época de 'interesados' políticos, como Aznar y Cascos, ha causado tanto daño en la Ordenación Territorial que todavía son apreciables sus consecuencias más de 15 años después. La actividad urbanística, desde los comienzos de la civilización, fue considerada primordial para el beneficio de toda una comunidad, no solo de los grandes gerifaltes de la historia. Un buen gobernante debe atender, no solo su palacete privado, sino las condiciones vitales de su población y, para ello, hace falta una acción pública por limitada que se pretenda. Parece mentira tener que repetir estas 'obviedades' en pleno siglo XXI.
"VÍCTOR SORIANO* : Hace unos días mantenía un debate con un amigo acerca de la corrupción urbanística. Ambos coincidimos en que el urbanismo es una fuente incesable de casos de corrupción en España. Y comprendemos bien el motivo. El urbanismo se ha entendido -lejos de lo que realmente es, no sólo durante la burbuja inmobiliaria sino durante toda nuestra historia reciente-, principalmente como la técnica de convertir el suelo rústico en urbano. Hacer urbanizable lo que antes no lo era supone incrementar automáticamente el valor de un bien sin que este haya mutado. Es la alquimia moderna y está en las manos exclusivas de la Administración, que con su varita mágica, puede hacer rico a algunos sólo aprobando una modificación del planeamiento. Y todo ello a pesar de que la comunidad -dice la Constitución- debe participar de esas plusvalías.

Él me decía que es "la tentación la que hace el pecado" y que había que separar al máximo posible la política -y por tanto, las Administraciones Públicas-, del urbanismo. De esta forma se evitaría que el poder que posee la Administración de clasificar y calificar suelo se convirtiese en mercancía de cambio en manos de políticos vencidos ante las prebendas prometidas por propietarios o constructores. Según mi amigo, la solución al problema de la corrupción urbanística pasa por liberalizar el suelo (de lo que ya hablé extendidamente en otro artículo): si todo es urbanizable se acabaron las dádivas por reclasificar.

No puedo estar más en desacuerdo con tal afirmación, y como le prometí a mi amigo, lo explico aquí. No voy a repetir lo que ya dije sobre las nefastas consecuencias sociales, económicas y ambientales de la liberalización del suelo -repetitivamente exigida por algunos-, que son por todos conocidas. Además, he escrito en no pocas ocasiones sobre la necesidad de la ordenación del territorio como acción pública en el sentido más amplio del término, por lo que sería meramente redundante volver a incidir en la irrenunciabilidad de una planificación territorial y urbanística fuerte, concertada y coordinada.

Mi principal motivo de oposición al argumento esgrimido por mi amigo no es, por tanto, técnico-urbanístico (que también, y he sido prolijo en explicarlo en otros artículos ya mencionados), sino político. El apriorismo de que todos los cargos públicos serían seguramente corruptibles me desagrada profundamente. ¿Acaso no hay nadie honrado, formado y capacitado -tres condiciones, en mi opinión, indispensables, para ejercer una responsabilidad pública- entre los casi 46,5 millones de españoles?

Sin caer en populismos peligrosísimos -de los que están cobrando tanta fuerza en España y en el resto de Europa-, creo sinceramente que la corrupción urbanística -quizás la más evidente y perniciosa de todas las formas de corrupción- no se puede atajar mediante cambios en la técnica urbanística. No es un problema de gestión del suelo, sino de elección de gestores. Lo que necesitamos para acabar con la corrupción no es ni liberalizaciones de suelo, ni más transparencia -tantas veces repetida que ya ha perdido su significado-, ni ningún cambio normativo; sino un cambio drástico entre quienes ejercen la política, que se aparte definitivamente a los corruptos y a los corruptibles, librando a los partidos moderados tradicionales, que son los que más sensatamente pueden gobernar, de los profesionales de la política sin profesión que sólo estuvieron o están en política para aprovecharse de sus estructuras y hacer caja. Y dejar paso a los que, honradamente, tienen mucho que aportar. Entre 48 millones de españoles, a alguno encontraremos.

* Víctor Soriano i Piqueras - Geógrafo

* El Huffington Post - 7.8.14
Foto: Urbanismo, imagen



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Carta abierta al pueblo de Carboneras

En un momento en que el asunto del hotel ilegal de 'El Algarrobico', en Carboneras (Almería), se ha vuelto a paralizar por la injusta decisión de un Tribunal andaluz, incompetente y mediatizado, desde la Plataforma ciudadana 'Salvemos Mojácar' (municipio lindante) se ha hecho pública una carta muy expresiva acerca de la situación sin salida a la que políticos de tercera y promotores especuladores han llevado, engañando descaradamente, a la población de Carboneras. Cuando se está tratando de graves asuntos que afectan a todo un territorio (parque natural) y a la costa común (según la ley), no se puede ni se debe hacer demagogia barata, como pretenden, una vez más, los políticos oportunistas del municipio almeriense. Es ridículo tratar de enfrentar a la gente por algo tan obvio, aunque a algunos les duela oírlo, y es vergonzosa la actitud judicial de complicidad con el delincuente, así como el pasotismo de la propia Junta de Andalucía, a la que el tema se le ha ido de las manos por su inoperancia y tancredismo.
"SALVEMOSMOJÁCAR* : Muchas personas y organizaciones de Almería y del mundo contemplamos con consternación como un grupo de empresarios y políticos sin escrúpulos llevan años manipulado al pueblo de Carboneras. No os dejeis engañar, porque no veréis nunca nada de lo que prometen. Analizad fríamente la realidad: Hoteles como el Algarrobico son guetos del “todo incluido” en los que los turistas consumen sin impacto alguno en la economía local. Utilizan mano de obra barata, importando trabajadores dispuestos a trabajar a precios miserables.

En Mallorca, Tenerife e incluso en Roquetas existen plataformas que han declarado la guerra al todo incluido. Salvemos Mojácar considera intolerable que los políticos engañen a su pueblo aprovechándose de la crisis con el argumento del trabajo.

No matéis la gallina de los huevos de oro, que es el conjunto de valores medioambientales y paisajísticos del municipio como base para una alternativa original y sostenible. Si los ciudadanos de Carboneras no queréis convertiros en una Marbella de segunda, no queréis ver desaparecer su comercio local, no quereis veros inmersos en redes crecientes de corrupción y especulación, no quereis ver destruidas las playas vírgenes que son el reclamo internacional del municipio, salid a la calle pidiendo la demolición del hotel.

Proponemos un gran pacto a todas las administraciones, así como la promotora y las asociaciones vecinales, para emprender con financiación de la UE y de UNESCO un proyecto piloto de desarrollo sostenible.

El proyecto contemplaría un plan pionero a nivel internacional para la restauración del entorno del Algarrobico así como la puesta en marcha de una red de turismo alternativo basada en casas rurales existentes y en la puesta en valor del comercio local, la artesanía, el patrimonio natural, paisajístico, geológico y arqueológico de Carboneras.

El proyecto implicaría a la población local a largo plazo en un plan de desarrollo y trabajo sostenible realmente viable frente a las mentiras y la manipulación de los políticos que derrumban las economías locales subsumiéndolas en intereses corruptos de especuladores globales. En vez de una Marbella de segunda, de corrupción, hormigón y especulación, Carboneras sería un pueblo pionero en el mundo en la defensa de su patrimonio paisajístico, natural, geológico, y arqueológico.

Las obras no deben retomarse: hay 5 sentencias firmes contra el hotel y otras muchas están en camino. El hotel no es legal aun cuando el TSJA haya dicho que la licencia lo sea.

Los especuladores han ganado 2 sentencias en los 4 últimos meses, los ciudadanos y ecologistas llevamos ganadas 20 sentencias a lo largo de 8 años, 5 de ellas firmes y del Tribunal Supremo.

No seáis megáfono de los especuladores, hablad con vuestra propia voz y convertid Carboneras en un referente singular en el panorama internacional, en vez de marbellizarlo como otro nido más de especulación, corrupción y turismo destructivo globalizado.

Os proponemos ser un pueblo valiente que no cede al chantaje y el engaño. Hagamos en el paraje recuperado del Algarrobico un mirador que sirva de testimonio internacional a las barbaries urbanísticas que nunca debieron ocurrir y un ejemplo pionero de lo que ha de hacerse en todos los lugares donde han sucedido holocaustos como éste. El futuro ecológico es el verdadero futuro que permitirá al pueblo trabajar en algo que cree sostenibilidad a largo plazo y no destrucción a corto.

No seais un pueblo más a merced de los especuladores. Encended la chispa de una revolución en defensa de una tierra que aun no ha sido totalmente arrasada por la ola destructora de la especulación.


* la Voz de Almería - Salvemos Mojácar - 19.8.14
Foto: El Algarrobico, hotel - CR

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